El reparto colonial de África
🌍 Portugal fue el país que mantuvo el poder colonial durante más tiempo, conservando Angola y Mozambique hasta mediados de la década de 1970.
El reparto de África, impulsado tras la Conferencia de Berlín, dividió el continente entre potencias europeas. Francia y Reino Unido dominaron la mayor parte, con Francia extendiendo su influencia en el norte y oeste, y los ingleses controlando regiones clave como Egipto y Sudáfrica. Francia fue la nación con más colonias en términos de extensión territorial, pero Reino Unido destacó por su control de rutas estratégicas y recursos. Portugal, sin embargo, mantuvo el poder colonial durante más tiempo, conservando Angola y Mozambique hasta mediados de la década de 1970.
Se cumplen 140 años de aquella Conferencia de Berlín que marcó a África para siempre.
Antes de la Conferencia de Berlín en 1884, el continente africano era un mosaico de reinos, imperios, comunidades y áreas aún no exploradas o controladas por potencias extranjeras. Aunque algunos países europeos ya habían establecido enclaves en las costas africanas, como Portugal en Angola y Mozambique, y Francia en Argelia, la mayor parte del interior del continente permanecía fuera de su control directo. Los contactos europeos con África estaban mayormente relacionados con el comercio de esclavos, oro y marfil, pero la falta de conocimiento sobre el territorio dificultaban una colonización más profunda.
Con el avance de la Revolución Industrial en Europa, creció el interés por África debido a su riqueza en recursos naturales y su potencial como mercado para productos manufacturados. Esto llevó a una competencia cada vez más intensa entre las potencias europeas. La falta de reglas claras sobre cómo reclamar y administrar territorios en África provocó tensiones entre países como Francia, Gran Bretaña, Portugal y Alemania, lo que motivó la necesidad de un acuerdo formal para evitar conflictos internacionales.
La Conferencia de Berlín, convocada por el canciller alemán Otto von Bismarck, marcó un punto de inflexión en el reparto colonial africano. Durante la conferencia, representantes de 14 naciones europeas, junto con Estados Unidos (que asistió como observador), acordaron las reglas para la ocupación efectiva de los territorios africanos. Se decidió que cualquier potencia que reclamara una región debía demostrar que tenía control efectivo sobre ella, estableciendo una administración que incluyera acuerdos con las autoridades locales. Este acuerdo aceleró el proceso de colonización formal y delimitación de fronteras, muchas veces sin tener en cuenta las divisiones étnicas y culturales preexistentes.
Después de la conferencia, África quedó dividida casi completamente entre las potencias coloniales. Francia y Gran Bretaña se convirtieron en los principales actores, controlando vastas áreas del norte, oeste y este de África. Alemania, Bélgica, Italia, España y Portugal también adquirieron territorios significativos.
La excepción: Liberia y Etiopía
Liberia y Etiopía son excepciones en el reparto colonial de África debido a circunstancias históricas únicas. Liberia fue fundada en 1822 como un asentamiento para esclavos liberados de Estados Unidos, y su independencia fue proclamada en 1847 bajo el patrocinio de la Sociedad Americana de Colonización. Debido a su vínculo con Estados Unidos y su carácter como una república independiente, las potencias europeas respetaron su soberanía, aunque su economía y política estuvieron significativamente influenciadas por intereses extranjeros.
Por otro lado, Etiopía mantuvo su independencia gracias a su fuerte resistencia militar y a su liderazgo unificado. En la Batalla de Adwa en 1896, las fuerzas etíopes, bajo el mando del emperador Menelik II, derrotaron al ejército italiano, frustrando los intentos de colonización. Esta victoria no solo aseguró la soberanía de Etiopía, sino que también se convirtió en un símbolo de resistencia africana frente al colonialismo europeo.