Vuelve la violencia a la región del Tigray
Vuelve la guerra del Tigray. Tras cinco meses de alto el fuego, el miércoles se reanudaron los enfrentamientos entre el gobierno central etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigray, gobierno en la región. Ambos se han acusado de romperlo: el Ejecutivo de Abiy Ahmed derrumbó un vuelo al que acusaba de transportar armas desde Sudán y los tigriña dijeron que era todo una farsa para reanudar el conflicto. Esta semana se han visto carros de combate en Kobo, la ciudad en la región de Amhara que linda con Tigray.
El alto al fuego fue empujado por organizaciones internacionales para poder entrar ayuda humanitaria. En junio el gobierno de Ahmed dijo que tenía listo un equipo de negociación y se habla de dos reuniones, una en Seychelles y otra en Yibuti, pero en ninguna se avanzó hacia un acuerdo definitivo.
Ahora, con el fin de la temporada de lluvias y la hambruna severa aprieta a coger las armas. De media un 29% de niños sufren desnutrición crónica severa, pero en algunas zonas sube hasta el 65%. Ahora el Programa Mundial de Alimentos ha acusado al FLPT de 570.000 litros de combustible vital para suministrar comida. "La crisis humanitaria en Tigray es mayor que la de Ucrania, sin exagerar, y no he oído a ningún jefe de Estado en los últimos meses hablar de ella. Tal vez sea por el color de piel de la gente de Tigray", dijo visiblemente emocionado Tedros Adhanom, director general de la OMS, que es etíope y de esa misma región. Por el momento, vuelven las armas, acusaciones y sigue el hambre y el silencio internacional.