A Yaa Gyasi le quemaba la literatura en las manos desde bien joven. Escribió su primera novela, 'Volver a casa', con 26 años y desde entonces, con solo dos novelas en el mercado, ha recibido numerosos premios y reconocimientos a su trabajo literario. Nacida en Mampong, Ghana, con su novela debut ya se codeó entre nombres como el Premio John Leonard, el Premio PEN/Hemingway o el National Book Foundaton.
Vive en Estados Unidos desde que los dos años de edad, cuando su familia decidió trasladarse a Hunstville. Aun así, en 2009, y a raíz de una beca de investigación, regresó a su país natal, momento y lugar en el que gestó 'Volver a casa'. A partir de 2016, Gyasi se muda a Berkeley, en California, y en 2017, Forbes elige a la joven para su lista de los 30 menores de éxito por debajo de los 30 años de edad. Cuando las ventas de su libro se dispararon en las listas de éxito tras las protestas de Black Lives Matter, Gyasi se afligió.
En una pieza de opinión, que también se publicó en El País, la autora defendió que tratar a los escritores de color como herramientas para la superación personal "es una respuesta empobrecida a siglos de daño".
'Volver a casa' es la primera novela publicada de Yaa Gyasi, por la que ha recibido numerosos premios y reconocimientos. 'Hijas de una misma madre y de padres pertenecientes a dos etnias distintas, Effia y Esi son dos hermanas de sangre que nunca llegarán a conocerse. Sus caminos están irremediablemente destinados a separarse: así, mientras Effia es obligada a casarse con un gobernador inglés y a residir en una fortaleza junto a la costa, Esi es capturada y enviada como esclava al sur de Estados Unidos'. Si quieres saber más detalles sobre la publicación, haz clic aquí, y si te apetece conocer la reflexión de nuestra colaboradora de Anaquel, Rocio Periago, puedes leer su reseña aquí.
Un relato íntimo y caliente sobre una familia de origen ghanés que vive en Alabama, Estados Unidos. 'Una estudiante de doctorado en neurociencia, Gifty, explora la conducta en ratones para investigar el funcionamiento de los circuitos neuronales de la depresión y la adicción, dos enfermedades que han causado estragos entre sus seres más queridos: su hermano, Nana, era una promesa del atletismo que murió hace años a causa de una sobredosis de heroína tras una lesión de tobillo y la dependencia al OxyContin, mientras que su madre ha vuelto a caer en una depresión severa. Aunque Gifty está decidida a descubrir la base científica que anida en el sufrimiento familiar, se topa una y otra vez con la fe religiosa y los valores de la Iglesia evangélica que marcaron su infancia, un mundo cuya promesa de salvación sigue siendo tan tentadora como inalcanzable'. Más aquí.