Continua el golpe sudanés a la democracia
En Sudán ha pasado una semana desde que la junta militar tomara el poder tras el arresto del primer ministro, Abdalla Hamdok, y los civiles con los que compartían el poder desde 2019. La caída del dictador Omar al-Bashir supuso un respiro para la población sudanesa, pero tras este golpe de Estado no queda rastro de oxígeno democrático.
A pesar de los rumores de que los militares cederían y le ofrecerían volver a su puesto, el primer ministro sigue bajo arresto domiciliario. Las fuerzas internacionales, sobre todo estadounidenses, insisten en que Hamdok pueda recibir a mediadores internacionales. El mandatario asegura que nunca se retirará de forma voluntaria del Gobierno y sus declaraciones coinciden con la intensificación de las protestas en el país.
Hasta 3 personas han fallecido y más de 100 han resultado heridas, en las marchas pro democracia bajo el lema “¡No al gobierno militar!”. La violencia policial, en manos de las fuerzas militares, ha concebido uno de los episodios más violentos en las calles de Sudán.
Desde 1990 se han perpetrado 37 golpes de Estado en todo el mundo, de los cuales el 75% se han dado en África. Un total de 17 países se han sumado a la deriva autoritaria y en lo que va de año el golpe sudanés se convierte en el sexto episodio de frustración democrática.