Uganda y Ruanda: de la cooperación a la rivalidad en los Grandes Lagos
🇺🇬🇷🇼 ¿Qué ha llevado a Uganda y Ruanda a construir una relación tan compleja? Nos remontamos a la década de los 60.
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En la región de los grandes lagos, Uganda y Ruanda comparten una historia entrelazada marcada por la cooperación, pero también por desacuerdos y conflictos. Desde la formación política del actual líder ruandés Paul Kagame, pasando por la colaboración, hasta un enfriamiento de las relaciones, con enfrentamientos durante la Segunda Guerra del Congo (1998-2003) y tensiones persistentes. Actualmente, ambos países están involucrados en el conflicto del este de la República Democrática del Congo (RDC), ya sea con intervenciones directas en el territorio o mediante el apoyo a grupos armados. ¿Qué ha llevado a Uganda y Ruanda a construir una relación tan compleja?
Inicio de las relaciones
En la década de los 60, Uganda se convirtió en refugio para miles de exiliados tutsis que huían de Ruanda tras la Revolución Hutu. Este acontecimiento marcó un periodo de violencia étnica entre los miembros de la monarquía tutsi, apoyada por Bélgica, que se encontraban en el poder por aquel entonces, y los hutus quienes, tras décadas de marginalización y desprecio a manos de la monarquía tutsi promovida por las potencias colonizadoras europeas (primero Alemania y más tarde Bélgica), buscaban provocar un cambio de poder e instaurar una república independiente dominada por los hutus.
En 1962, los hutus lograron tomar el control del país y, al mismo tiempo, consiguieron la independencia de Bélgica. Esto condujo a la marginación y persecución de la minoría tutsi, que había sido favorecida durante el periodo colonial. Uno de los refugiados tutsi que se exiló en Uganda junto con su familia era Paul Kagame, quien, décadas después, se convertiría en una figura clave, con un protagonismo que perdura hasta el día de hoy.
Colaboración y apoyo mutuo entre Kagame y Museveni
Durante su estancia en Uganda, Kagame estrechó lazos con Yoweri Museveni ―actual presidente ugandés― quien por aquel entonces lideraba el Ejército de Resistencia Nacional (NRA). La relación entre ambos surgió en el contexto de la guerra civil ugandesa, que estalló después del golpe de Estado de 1980, el cual derrocó al gobierno de Milton Obote. En ese momento, el NRA se encontraba enfrascado en una lucha contra el régimen y otros grupos militares. Kagame se había unido al grupo militar a finales de los 70, participando activamente en la guerra. Este conflicto terminó con la toma del poder de Museveni en 1986, Kagame fue entonces nombrado jefe de la inteligencia militar del NRA, consolidándose en el aparato militar ugandés, y ganándose la reputación de ser no solo un aliado cercano del nuevo presidente, sino también un guerrillero comprometido.
No obstante, el principal objetivo de Kagame era volver a su país natal, Ruanda. Por ello, junto con Fred Rwigyema, un amigo, desempeñaron un papel decisivo en la creación del Frente Patriótico Ruandés (FPR) en 1987, recurriendo principalmente a soldados ruandeses tutsis que habían luchado junto a él en el NRA. En 1990, una vez consolidado su poder en Uganda, Museveni brindó apoyo militar y diplomático clave a la incursión del FPR en Ruanda, que buscaban arrebatar el poder al régimen prohutu del presidente Juvénal Habyarimana, lo que desencadenó la Guerra Civil Ruandesa y, eventualmente, en el genocidio de 1994. Esta lucha culminó con la caída del gobierno genocida hutu y el ascenso al poder de Kagame.
En este momento, a pesar de las similitudes en sus objetivos, las relaciones entre Museveni y Kagame comenzaron a mostrar grietas a medida que las ambiciones personales y las dinámicas de poder en la región se intensificaron. A pesar de estas tensiones, el apoyo de Museveni al FPR fue crucial para la victoria del grupo.
Enfriamiento y desconfianza
Con la victoria del FPR, Kagame asumió un papel central en el nuevo gobierno ruandés. Sin embargo, su éxito y su enfoque cada vez más independiente pronto generó fricciones con Museveni, especialmente cuando ambos países comenzaron a competir por la influencia en la región de los Grandes Lagos, particularmente en la República Democrática del Congo (RDC).
A pesar del paulatino distanciamiento entre ambos líderes, en 1996 ambos países colaboraron estrechamente para derrocar al régimen de Mobutu Sese Seko en la RDC, durante la Primera Guerra del Congo. Sin embargo, los primeros indicios del deterioro de su relación se produjeron no mucho tiempo más tarde, en 1999, durante la Segunda Guerra del Congo, cuando sus ejércitos se enfrentaron en la ciudad de Kisangani, al este de la RDC. El conflicto estalló a raíz de los desacuerdos sobre la estrategia para derrocar al líder Laurent Kabila, a quien ambos países habían ayudado a ascender al poder en 1997. En el año 2000, Uganda declaró oficialmente a Ruanda como un estado hostil, desplegando personal en los puntos fronterizos en previsión de posibles ataques.
Durante los siguientes años, las tensiones entre Uganda y Ruanda fueron alimentadas por acusaciones mutuas de operaciones encubiertas de contraespionaje y espionaje, así como por el apoyo a grupos rebeldes en la RDC. Museveni acusó a Kagame de respaldar al grupo rebelde M23, mientras que Ruanda señaló a Uganda por apoyar a rebeldes hutus en la RDC. Esta creciente desconfianza alcanzó su punto álgido en 2019, cuando Ruanda cerró temporalmente su frontera con Uganda, acusando a Uganda de albergar a opositores políticos de Kagame, como el Congreso Nacional Ruandés (RNC) y Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
Intentos de reconciliación y la intervención en la RDC
A pesar de la desconfianza entre Kigali y Kampala, en 2022 ambos países intentaron mejorar sus relaciones con la reapertura de la frontera y llevaron a cabo esfuerzos diplomáticos para reducir las tensiones. Los renovados acuerdos de cooperación, firmados durante una reunión de la 11ª Comisión Mixta Permanente, abarcan la justicia y el constitucionalismo, la asistencia jurídica mutua, las consultas diplomáticas y políticas y las cuestiones migratorias. Las relaciones entre ambas naciones se extienden hasta 2025, año en el que el ejército ugandés ha llevado a cabo una incursión en el municipio de Mahagi, parte de la provincia de Ituri, cercana a las de Kivu. La intervención ha sido justificada por el país como necesaria para combatir grupos armados en el este del país, como la Cooperativa para el desarrollo del Congo (CODECO). No obstante, no es la primera vez que Kampala interviene en su país vecino. En 2021 el ejército ugandés lanzó la Operación Shujaa en la que participaron los ejércitos ugandés y congoleño contra los rebeldes ugandeses de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).