Thimbo Samb: "Hay gente que se sube a una patera porque yo les sirvo de inspiración, pero al mismo tiempo, yo me pregunto: ¿cuántos se han quedado en el mar?"
🎥 'Los cayucos de Kayar': el cortometraje protagonizado por el actor senegalés, Thimbo Samb candidato a la nominación de los Premios Goya.
Desde pequeño, Thimbo Samb soñaba con ser actor. “En mi pueblo, los vecinos sabían que llegaría lejos, pero no tanto”, cuenta desde el barrio de La Latina en Madrid durante una entrevista en exclusiva con África Mundi. El senegalés, que llegó a España hace 15 años tras una travesía en patera, es el protagonista del nuevo documental ‘Los cayucos de Kayar’ dirigido por Álvaro Hernández Blanco y candidato a la nominación en los Premios Goya.
Aunque Thimbo ya ha participado en películas como ‘Érase una vez en Canarias’, o miniseries como ‘Antidisturbios’, esta vez, la producción profesional está más ligada que nunca a su propia historia personal. En el cortometraje, el senegalés viaja al pequeño enclave pesquero de Kayar, su pueblo natal en la costa del país. Allí se encuentra con una tierra que ha cambiado a manos de Occidente y unas prácticas de pesca de arrastre que destruye la economía local y empuja a cada vez más jóvenes a migrar a las islas Canarias en embarcaciones pesqueras.
¿Cómo surge la idea de grabar este documental, Thimbo? ¿Te sentiste cómodo con la propuesta? ¿Fue fácil aceptarla?
El director, Álvaro, que entonces estaba viviendo en México, había terminado de escribir un libro titulado Inmigrantes. Lo leí, me gustó mucho y le pedí que escribiera mi historia en forma de libro. Al principio, Álvaro tenía miedo por esa concepción o crítica de ¿qué hace un blanco escribiendo sobre una historia de un negro? Pero a mí, personalmente, me importa poco esto. Cuando yo confío en alguien para que cuente mi historia, no veo el color.
Empezó a escribir el libro, pero se dio cuenta de que tenía la necesidad de ir a Senegal, de conocer la tierra sobre la que tanto le había hablado. En ese momento, yo me iba de vacaciones a Senegal, se apuntó, trajo sus cámaras y empezó a documentar.
Tengo la suerte de tener mucha confianza con la gente del pueblo y, por lo tanto, no fue difícil grabar allí. Aun así, después de tantos años en Europa, hay cosas que ya cambian en ti. No puedes ver una bombilla parpadeando sin preguntar por qué no la cambian, y eso, molesta.
Entonces, ¿todo el corto se rodó en esos 10 días que estuvisteis de visita?
Sí, aquí en Madrid rodamos un día, el resto en Senegal. Es más, fueron solo 8 días de rodaje, porque los otros dos estuvimos de turismo en Dakar. Por eso ha salido tan bien, porque ha sido natural.
Cuando estás allí, la gente que te conoce de siempre, ¿qué piensan sobre tu trayectoria profesional?
La gente del pueblo sí que sabían que iba a conseguirlo, pero lo que les sorprende mucho es hasta donde he llegado. Le sorprende hasta a la gente que he ido conociendo aquí en España, negros o blancos. “De dormir tres meses en la calle a estar donde estás, ¿cómo hiciste este cambio?”, me preguntan. Si analizo todo lo que he conseguido desde que llegué a España, es un legado. Seguro que mi hijo va a estar muy orgulloso de todo lo que he conseguido y ojalá que algún día la gente de Senegal se dé cuenta, realmente, de lo que estoy haciendo.
¿Consideras entonces que eres una inspiración para los jóvenes senegaleses?
Sí, pero a la vez es una carga. Hay gente que se sube a una patera porque yo les sirvo de inspiración, pero al mismo tiempo, yo me pregunto: ¿cuántos se han quedado en el mar? Sé que soy el ejemplo perfecto para todos los jóvenes africanos, a pesar de que les cuente que he dormido en la calle, que he comido de la basura o que he estado en diferentes calabozos. Da igual. Saben que cuando salí de mi pueblo no sabía ni leer ni escribir. Los que tienen estudios piensan, si Thimbo lo ha conseguido sin estudios, yo también.
Los jóvenes que suben a las pateras en la ruta del Atlántico, ¿son conscientes de que pueden morir?
Sí. Yo era consciente cuando cogí la última patera. De hecho, fui consciente cuando mi hermano me preguntó: ¿por qué te vas? ¿Por qué estás matándote subiéndote a una patera una y otra vez cuando eres el chaval más popular y querido del pueblo? ¿Qué necesidad tienes? Aun así, en ese momento, ya sabíamos que llegaremos o moriremos, pero yo no soy un cobarde.
¿Y por qué te fuiste?
Por no querer ser cobarde. Cuando me di cuenta de que por mucho que saqueen nuestros recursos, que nuestros gobiernos sean corruptos, yo estaba bien: comía 5 veces al día, estaba en todas las casas, era muy popular… Cuando llegué a España es cuando empecé a distinguir lo que es ser pobre y lo que es ser rico. No debe ser un lujo tener una nevera en casa. Estando en Senegal no era consciente.
Hoy soy activista, soy antirracista, creo que estoy aprendiendo a no ser machista. Lo soy porque me han educado de esta forma. Estoy aprendiendo a no ser homófobo. Y todo esto, gracias a que he venido a España. Si no hubiera venido, no sabría leer, escribir o no tendría un hijo que creo que puede llegar a ser en un futuro el presidente de España.
Hablando de política, ¿qué piensas sobre el nuevo gobierno de Senegal?
Volvemos. En 2029 volvemos a casa. Nuestro hogar es allí. Tenemos un gobierno que nos da esperanzas y esperanzas, es lo que necesita nuestro pueblo. Ya empiezan a salir menos embarcaciones, porque Senegal está sintiendo el cambio.
¿Y qué puede pasar si falla?
Será un desastre. Hace años, los jóvenes en Senegal no hablaban de política. Hoy, a raíz de perfiles como Ousmane Sonko, el panorama es diferente. Cuando Sonko denunció cuánto robaron los políticos, los jóvenes se dieron cuentan de que sí tenían los recursos económicos para ser la Senegal próspera que querían ser.
¿Crees que ser candidato a la nominación de un Goya va a visibilizar más a las personas africanas en el mundo del cine?
Por supuesto. Ningún negro ha subido a recoger un Goya. Una vez ganó un negro, pero era una persona de origen francés y fue durante la época del COVID, así que no hubo una gala presencial.
¿A pesar de lo estigmatizada que está África?
Sí, sobre todo porque este documental no habla de África desde Occidente. Habla desde Senegal sobre África. Desde un pueblo muy pequeño. Aunque lo vean ojos occidentales, lo verán de otra manera.
El objetivo final es volver a Senegal…
Cada senegalés al que le preguntas si quiere volver a casa, te va a contestar que sí, sin pensárselo. Ojalá Sonko y Diomaye Faye trabajen por los senegaleses. Volveremos a casa y vendremos a España de vacaciones. Somos muy felices en nuestros países, pero no al cien por cien. Yo puedo estar en Senegal durante un año sin pensar que existen policías. Aquí, cada paso que das, piensan que te pueden parar.