Sudáfrica no arrestará a Putin y hay cuatro motivos evidentes
🇷🇺🇿🇦 La amistad entre países, dirigentes y una orden de arresto de la Corte Penal Internacional.
¿Podría Sudáfrica detener a Putin durante la cumbre de los BRICS? La respuesta sencilla: sí, como poder no solo podría, sino que debería. Ahora, la respuesta correcta es la siguiente: no.
Estos días se está hablando sobre la posibilidad de que Vladímir Putin acabe detenido ante la orden internacional de arresto que emitió la Corte Penal Internacional el pasado 17 de marzo al presidente de Rusia.
La verdad es la imagen de Putin esposado y extraditado a Ginebra sería como poco histórico y ha hecho que los medios se hayan puesto a mirar su agenda para ver qué eventos tiene en alguno de los 123 países adheridos a la CPI.
Uno ha saltado a primera vista: el encuentro de los países emergentes BRICS en Durban, Sudáfrica, a finales de agosto. Ya está claro, tiene que ser ahí. Pero no, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa no se atrevería a hacer tal cosa con un amigo y socio.
Vamos a enumerar cuatro motivos que muestran que Ramaphosa no se atreverá a arrestar a su camarada Putin.
Historia, camarada
El Congreso Nacional Africano (CNA) está en el poder en Sudáfrica desde el fin del apartheid en 1994, pero su existencia data de 1912. Es más longevo incluso que la Unión Soviética, pero desde que en 1943 llegaran al poder los líderes jóvenes han compartido su ideología socialista con la Unión Soviética (URSS). Entre ellos se llaman ‘camaradas’ y en el fondo su ideología ha estado vinculado a lo que hoy es Rusia, aunque hoy sean muy distintos.
Esa ideología compartida hizo que la URSS fuera uno de los mayores apoyos de un CNA que desde la llegada del apartheid vivió en la clandestinidad. En la época de la Guerra Fría, la URSS apoyó con entrenamiento militar y armas al Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del CNA.
Apoyo geopolítico actual
Si no te convence la época de la URSS porque en nada se parece la Rusia de Putin, no te preocupes, no hace falta irse tan lejos. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Sudáfrica ya ha hecho gestos en favor de Rusia y no se ha alineado con Kiev como le ha pedido Occidente.
Esa neutralidad que alegan va en la línea de China de intentar jugar un mediador en el conflicto y arrestar a Putin sería posicionarse claramente. Por el momento, Sudáfrica se ha abstenido tres veces en la ONU en votos contra Rusia: en marzo de 2022 en la votación pidiendo la retirada de sus tropas de Ucrania; un mes más tarde ante el voto para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en octubre para condenar la anexión rusa de cuatro regiones ucranianas.
Si por eso fuera poco, entre el 17 y el 27 de febrero de 2023 Sudáfrica organizó junto a sus socios de Rusia y China maniobras militares navales en sus aguas. El gobierno dio permiso para atracar a un carguero ruso sancionado que portaba munición y en los entrenamientos apareció un buque de guerra con misiles hipersónicos.
“Todos los países organizan ejercicios así con amigos alrededor del mundo”, se explicó la ministra de Exteriores, Naledi Pandor, cuando recibió a su homólogo ruso, Sergey Lavrov, un mes antes.
Rusia juega un gran papel de seguridad en toda África de la que Sudáfrica no es ajena. Es el principal importador de armas de todo el continente. Aunque en defensa no lo necesita tanto Sudáfrica al ser exportador neto, fuerzas de seguridad privadas rusas han operado en el país del sur, según el think tank RAND.
Trapicheos con oligarcas rusos que llegan a España
Por si la historia que les une y el apoyo geopolítico actual no fuese suficiente, ¿qué tal si sacamos el dinero a relucir?
El oligarca ruso Viktor Vekselberg donó 826.000 dólares al CNA para costear parte de la organización de su congreso anual. Este es uno de los dueños de una mina de manganeso que opera desde 2011 en Sudáfrica en conjunto con socios sudafricanos, que al tener un 50% de las acciones evitan las sanciones internacionales en su empresa.
United Manganese of Kalahari (UMK), la empresa que opera Vekselberg, es la cuarta compañía minera más grande de este mineral en el país. Sudáfrica es el principal productor de manganeso del mundo y España su principal receptor, un mineral clave para el acero y el hierro.
El comercio de Estados Unidos es muchísimo mayor que con Rusia, de 15.000 millones por 410 millones, pero detener a Putin y arriesgar cortar relaciones con Rusia afectaría al precio de las materias primas mundiales, lo que no interesa ni en Washington ni en ningún país.
Experiencias previas
Vale, todo lo dicho son motivos disuasorios, pero el Estatuto de Roma dice que un país firmante de la CPI debe acatar la ley sí o sí. Eso dice la ley, pero Sudáfrica ya no cumplió una vez y no pasó nada.
En 2009, la CPI emitió una orden de arresto internacional contra el presidente sudanés, Omar Al-Bashir. Era el primer jefe de Estado en el cargo por el que se emitía y seis años más tarde, seguía en el poder y viajó a Sudáfrica al 25º Congreso de la Unión Africana. La CPI urgió a Sudáfrica a cumplir su deber como país miembro y detenerle, pero nada de eso ocurrió.
El gobierno sudafricano liderado por Jacob Zuma alegó ante la CPI que la Ley de Inmunidad y Privilegios Diplomáticas protege a un líder vigente de un país en el cargo de ser arrestado e invalidaba la orden. Dicho lo cual, en 2017 dijo que no había seguido la ley, pero que no le sancionaba porque hacerlo “no sería una manera efectiva de fomentar una futura cooperación”. Zuma simplemente había amenazado con abandonar el Estatuto de Roma y lo último que se quería es que Sudáfrica se aislara. El hecho sentó precedente y podría funcionar ahora como arma diplomática.
La invitación está cursada
Ante las dudas por la orden de arresto, la ministra Pandor ha reiterado que Putin está invitado a la cumbre de los BRICS, aunque ha admitido su “preocupación”. El portavoz gubernamental ha dicho que “habría que ver” si tienen que detener al mandatario ruso.
La realidad es que la situación complica la diplomacia sudafricana, que para nada quiere estar en el punto de mira. En un momento de tensión interna con los apagones incesantes, el caso de corrupción de Ramaphosa sobrevolando y con elecciones generales en 2024, el caso podría detonar un escándalo mayor para el gobierno sudafricano haya o no detención.
Ahora, no invitar a Putin unilateralmente por la orden de arresto sería también un error estratégico con su socio ruso y una falta de respeto dentro de los BRICS. Lo sensato sería que el mandatario dejara paso a Lavrov, como ha ocurrido en otras cumbres, aunque está por ver si tensa la cuerda y pone en una situación difícil a su homólogo sudafricano. En el fondo, Putin sabe que Ramaphosa no le fallará.