Salud mental con tabú y sin medios en África
En 2014, 39 soldados congoleños se sentaron en los tribunales de la provincia este de Kivu Sur en República Democrática del Congo. Estaban acusados de violar a más de 1.000 mujeres de Minova en 2012. Cubiertas con velos y con secuelas psicológicas permanentes, ellas salieron a declarar. Algunas de las presentes expusieron sus testimonios en un país que cuenta con pocos recursos para paliar el mayor de los tabúes: la salud mental. Se estima que el país cuenta solamente con un centro ambulatorio de salud mental y con menos del 1% del presupuesto gubernamental.
R.D.Congo no es un caso aislado. África tiene el gasto en salud mental más bajo del mundo, en un continente donde la depresión afecta a alrededor de 100 millones de personas, de las que 66 millones son mujeres. A falta de oportunidades laborales y la desigualdad de género, las mujeres con depresión trabajan menos, sufren más enfermedades físicas y sufren aún más exclusión social.
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El suicidio, el arma más letal de Lesoto
15 países africanos ocupan el top 30 de países con las tasas de suicidio más altas del mundo. A la cabeza, Lesotho. Allí, los datos registran alrededor de 87 suicidios por cada 100,000 habitantes. Si hablamos de sexos, la tasa de suicidio entre las mujeres es más alta que la de los hombres, lo cual es peculiar porque a nivel mundial, la tasa de suicido suele ser mayor entre la población masculina. Lesoto no sólo tiene la tasa más alta del mundo sino también la cifra más alta si hablamos de mujeres.
Le siguen Esuatini con 29.4 suicidios por cada 100,000 habitantes y Sudáfrica con 23,5. Los tres países del sur de África, casualmente los dos primeros dentro del tercero, tienen los registros de suicidio más altos. Si miramos al final de la lista, solamente un país de África está entre los últimos diez: Santo Tomé y Príncipe. Allí la cifra roza las 1.5 personas por cada 100,000 habitantes.
Sin medios y con tabú
La escasez en los recursos destinados a la salud mental recae en un estigma y continúa con una ausencia de puestos de trabajo para personal sanitario como psicólogos y terapeutas. En África persiste una estigmatización de las enfermedades mentales relacionadas directamente con la hechicería y la brujería.
Al blanqueo de la problemática mental se suma la ausencia de medios. Los costes de la mayoría de los servicios los asumen directamente los pacientes. Para los hogares de bajos ingresos y los grupos vulnerables, el alto coste de la atención esencial sanitaria puede agravar su accesibilidad. Además, de promedio hay 0,9 trabajadores de salud mental en la región africana, en comparación con los 1,4 trabajadores en la escala global, según The Lancet Global.
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