Resistencia y paralelismos
📹 La miniserie documental Voces de la Tierra tiene 6 capítulos que suman un total de 12 protagonistas, muchos de ellos pasan por África: Sudán del Sur, Mozambique, Etiopía y Madagascar.
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Una neblina cruza un descampado lleno de toros y vacas. Mogga, un joven de la tribu Mundari en Sudán del Sur, abraza a su ganado. Lo acaricia y limpia el polvo de su hocico. En un territorio marcado por la violencia, la sequía y la desestabilización política, la comunidad Mundari persiste en una forma de vida profundamente conectada con su ganado. Para ellos, los toros y vacas no son solo animales: son miembros de la familia, guardianes de identidad, símbolos espirituales y eje central de su existencia.
El primer capítulo del documental Voces de la Tierra muestra cómo esta comunidad ancestral continúa protegiendo a su ganado con una devoción que emociona y que eriza la piel, incluso mientras el país sufre por los constantes conflictos derivados del robo de ganado y el hambre. A través de imágenes íntimas y potentes, el espectador presencia rituales, gestos cotidianos y silencios cargados de dignidad, que nos hablan de una resistencia cultural en peligro de extinción.
La dirección de Pablo Vidal y Aner Etxebarria, con producción de Gariza Films, logra captar con mucho respeto una realidad prácticamente desconocida: es el primer rodaje documental realizado en Sudán del Sur en lengua mundari. La cámara no exotiza ni dramatiza en exceso; simplemente acompaña a Mogga y su comunidad en su día a día, permitiéndonos escuchar —literal y simbólicamente— una voz que rara vez tiene espacio en las pantallas globales.
Este episodio no solo denuncia la violencia estructural y la pérdida cultural que acechan al pueblo Mundari, sino que también celebra su vínculo sagrado con la tierra y los animales. En tiempos de desconexión urbana, la historia de Mogga recuerda la urgencia de mirar hacia las raíces, hacia los saberes que aún resisten entre la tierra y el polvo.
Además del viaje a Sudán del Sur, el capítulo inicial nos lleva a la taiga mongola, donde Bayandalai, el último gran pastor de renos de los Dukha, convive con estos animales sagrados en un equilibrio cada vez más frágil. En los siguientes episodios, la serie recorre historias tan diversas como la de los recolectores de miel en la India y Mozambique, la recolección ética del café Kopi Luwak en Indonesia, la convivencia con hienas en Etiopía, la protección de cocodrilos en Madagascar, el ritual andino del Chaccu en Perú, la tradición celta de “A Rapa das Bestas” en Galicia, y el vínculo simbiótico entre los Awá-Guajá y los animales salvajes en la Amazonía brasileña.