¿Qué es la filiariasis linfática? El mal llamado pie de elefante
La enfermedad se transmite a través de la picadura de un mosquito y su incubación dura hasta ocho años, con sus síntomas crónicos se manifiestan en forma de hinchazón en las piernas y el escroto.

Henrietta Dagoma mira con una sonrisa tierna de quien acepta una buena compañía. A sus 60 años, no suele recibir muchas visitas. La mujer está en el porche de su casa en la ciudad de Kakata, Liberia, lavando unas hojas en un barreño. Luce un turbante blanco que le cubre el cabello, una camisa morada y un pareo de tela wax atada a modo de pantalón. Por debajo, a la altura de los tobillos, asoman sus piernas. Están hinchadas, como si el riego sanguíneo no hubiese llegado y hubiesen formado unos trombos irreversibles. “Intento caminar un poco todos los días porque si no es peor, pero me duele bastante”, dice. Cada día se toma un analgésico para aliviar el dolor y el único calzado que puede llevar son unas sandalias.
Su vida cambió hace diez años. Henrietta estaba lavando la ropa en el río cuando empezó a notar un cosquilleo en los pies. Su madre le dijo que probablemente era del tiempo de estar de pie con el agua fría, pero a los días el cosquilleo se tornó en dolor. Ella hizo lo que debía: ir al hospital. Allí le hicieron una analítica, un test de riñones y otro de rayos X, pero dijeron que no habían encontrado ningún problema específico.
Sin medicación, sus piernas fueron haciéndose grandes, reduciendo su movilidad a diario y su vida social. “No me siento libre”, dice Henrietta. La señora admite que muchos vecinos y amigos dejaron de hablarla temiendo que hubiese sido condenada por un embrujo. Otros directamente se reían de ella al verle con esos pies. “He perdido muchos amigos, no me queda prácticamente ninguno”, admite.
Henrietta no supo que tenía hasta que Augustine Flomo la vio hace un año. Flomo es el encargado del condado de Margibi del Ministerio de Salud de Liberia para las Enfermedades Tropicales Desatendidas. En cuanto la vio, supo que sufría un linfedema fruto de la filiarisis linfática. Flomo le explicó a Henrietta que su enfermedad se produce por la transmisión de unos parásitos denominados filarias a través de los mosquitos, y que probablemente le ocurriera mucho antes de comenzar a notar los síntomas.
El periodo de incubación hasta que hay síntomas clínicos es muy largo y aunque depende del sistema inmune de cada persona, suele llevar de seis a ocho años”, explica Abraham Nyinva, que asegura que muchos los contraen en la infancia. Él es el coordinador de la filiarisis linfática a nivel nacional en Liberia dentro del Ministerio de Salud, un programa que cuenta con la financiación y el apoyo de la Fundación Anesvad. Nyinva ha conocido muchos casos como el de Henritetta. En Liberia la filiariasis linfática es endémica en 13 de las 15 regiones y su objetivo es asegurar que puedan erradicarla intentando prevenirla.

Los gusanos filiformes Wuchereria bancrofti causan el 90% de los casos de la filiarisis linfática. Lo que hacen es que se alojan en los vasos linfáticos y producen millones de larvas conocidas como microfilarias que se expanden por el cuerpo a través de la sangre. Esos mosquitos se infectan cuando ingieren la sangre de otro portador y lo van pasando.
Al tener un periodo de incubación tan largo, mucha gente no sabe que tiene la enfermedad hasta que esta se hace visible. Muchas personas directamente nunca sabrán que la tienen porque a menudo las infecciones son asintomáticas, sin signos en la piel, aunque sí que contribuyen a transmitir la filariasis linfática a otras personas si les pica un mosquito y son portadores.
Además, aunque no sufran las peores consecuencias físicas, afectan al sistema linfático, los riñones y dañan el sistema inmunitario. Sin embargo, hasta 36 millones de personas en el mundo son como Henrietta y sufren algún síntoma crónico de la enfermedad. Principalmente son dos: el linfedema o hidrocele. El primero es lo que sufre Henrietta y que ha sido mal llamado elefantiasis o pie de elefante, que es cuando se hinchan los tejidos y la piel. El segundo es común en hombres y causa la tumefacción del escroto, que se ensancha y vuelve enorme.
¿Tiene solución? La más rápida es prevenir la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud en conjunto con los ministerios de salud en cada país aplican la quimioprofilaxis a 657 millones de personas en 39 países donde es endémica la filariasis linfática. En Liberia alrededor de dos millones de personas toman albendazol dos veces al año y el mayor problema para su erradicación es que mucha gente se pregunta por qué se tiene que tomar una pastilla si no está enferma. “Algunos años hay personas que la rechazan por eso o porque sufren efectos secundarios como sudores, vómitos… hay que concienciar cada año”, asegura Nyinva desde el Ministerio de Salud.
El problema es que una vez se ha manifestado como enfermedad crónica, no hay vuelta atrás. Aunque la filiariasis linfática no cause la muerte, Henrietta ya va a tener que vivir con el linfedema. “Algunos días me desanimo al ver la vida pasar aquí sentada”, admite Henrietta.

Aún así, su vida ha cambiado desde que el Ministerio de Salud descubrió su caso. Cuando en Liberia encuentran a una persona con un estado desarrollado como el suyo, las indicaciones son darles un cubo con material para llevar mejor la enfermedad: en él se encuentran toallas así como instrucciones para lavarse bien el pie con agua caliente al menos tres veces al día y mantenerlo en alto siempre que sea posible. Además, se añade una crema que se debe aplicar entre los dedos para prevenir la aparición de hongos que empeoren la situación.
El cubo es una parte, pero lo más importante es el apoyo moral. Henrietta participa el segundo domingo de cada mes en una reunión de grupo con personas con linfedema como ella. En total son diez personas en su condado. “Ves que no tienes que tener vergüenza, que debes tener coraje”, dice Henrietta. “Me ha hecho sentir que no estoy sola, he empezado a sentirme libre”.
Este reportaje ha contado con financiación de la Fundación Anesvad. La Fundación Anesvad trabaja para la erradicación de las Enfermedades Tropicales Desatendidas en Liberia y otros países endémicos de África.