¿Qué es el Parlamento Panafricano y por qué acaba en pelea?
"Te mataré. Fuera de esta reunión te mataré", gritó el parlamentario sudafricano Julius Malema a su homólogo maliense, Ali Koné. Entre abucheos, golpes e incluso amenazas de muerte se desarrolló la última reunión del que debería ser el brazo legislativo de la Unión Africana. El Parlamento Panafricano (PAP) tenía que elegir a su próximo presidente de entre los 235 miembros, y en una reunión que debía ser un símbolo de unión, progreso social y estabilidad democrática, se suspendió tras acabar convertida en una auténtica pelea de gallos. El conflicto viene por la pelea entre regiones: mientras que el sur de África –apoyado por el Norte– pide una presidencia rotatoria que favorecería al zimbabuense Fortune Charumbira, el bloque de África Occidental –apoyado por las regiones de África Central y Oriental– reclama una votación directa que haría ganador por contar con más países al maliense Haïdara Aïchata Cissé.
El Parlamento Panafricano nació en 2004 impulsado por líderes continentales como idea de una cámara supranacional legislativa que uniera a África. 17 años después, el Parlamento Panafricano no sólo no tiene una sede fija, sino que tampoco decide nada ya que tan solo 11 países han ratificado el protocolo de Malabo para otorgar poder legislativo al parlamento y hacen falta al menos 28 naciones firmantes. Desde entonces se ha convertido en un signo de derroche e impunidad: durante los seis años de su presidencia, el camerunés Roger Nkodo Dang ha disfrutado de un deportivo Mercedes-Benz ML y un alquiler de 6,000 dólares al mes con chefs y limpiadores incluidos. Además, Dang fue acusado por empleadas de abusos sexuales, pero el parlamento votó en contra de investigador lo ocurrido. Todo corre a cuenta de la Unión Africana, a la que le cuesta 15 millones de dólares anuales mantenerla.
La idea del panafricanismo nació de W.E. Dubois como una unión del continente para reforzarse ante el exterior. El ideario de los Estados Unidos de África lo promovieron líderes de liberación como el ghanés Kwame Nkrumah o el congoleño Patrice Lumumba en los años posteriores a la descolonización, pero ambos fueron expulsados apoyados por fuerzas del exterior. Las peleas en el PAP muestran una profunda división entre las regiones que hacen que el sueño de una África unida esté más lejos que nunca.