¿Qué es el M23 y qué está pasando en R.D. Congo?

🇨🇩 El M23 surgió en 2012, pero sigue afectando a la República Democrática del Congo hasta hoy en día ¿Cuáles son las consecuencias?

El Movimiento 23 de Marzo, también conocido como M23, es un grupo rebelde activo en el este de República Democrática del Congo desde 2012. El nombre se refiere al 23 de marzo. Ese día, en 2009, se firmó un acuerdo entre el gobierno congoleño y el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo en el que se prometía a integrarlo como partido político y sus soldados, integrarse en el Ejército congoleño. El M23 alegó que el gobierno no estaba cumpliendo el pacto.

En 2012, el grupo tomó el control de Goma, la principal ciudad del este de la República Democrática del Congo, lo que llevó a desplazamientos de población y el mayor conflicto interno. Este atrajo la atención internacional y se llevaron a cabo negociaciones para poner fin a la violencia. En noviembre de 2013, las fuerzas del M23 fueron derrotadas y se alcanzó un acuerdo de paz que llevó al desarme del grupo. El M23 estuvo inactivo durante nueve años hasta 2022. En la actualidad amenazan con controlar Goma tras bloquear todas las carreteras de la ciudad en su mayor avance en más de una década.

¿Cómo se originó?

El M23 se originó en gran medida debido a tensiones políticas, étnicas y militares en la República Democrática del Congo. Algunos aspectos clave que contribuyeron al surgimiento del M23 son:

1. Acuerdo de paz no cumplido. El nombre del movimiento se refiere al acuerdo de paz de 2009 entre el gobierno congoleño y un grupo rebelde anterior conocido como Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP). Los miembros del M23 eran en su mayoría exmiembros del CNDP y alegaban que el gobierno no cumplía con los términos del acuerdo, incluida la integración adecuada de los rebeldes en las fuerzas armadas congoleñas.

2. Discriminación étnica y tensiones. Muchos de los líderes y seguidores del M23 son de la etnia tutsi, minoría en R.D. Congo. Estos argumentaban que enfrentaban discriminación y marginalización por parte del gobierno congoleño, que amparaba a milicias de la etnia hutu que causó el genocidio contra los tutsis en la vecina Ruanda.

3. Corrupción en el ejército congoleño. Estos también expresaron preocupaciones sobre la corrupción dentro del ejército congoleño y alegaron que las fuerzas armadas no estaban abordando de manera efectiva las cuestiones de seguridad en el este del país.

4. Descontento militar. Algunos de los líderes del M23 eran exmiembros del ejército congoleño que desertaron debido al descontento con las condiciones de trabajo, la falta de pago y otros problemas dentro de las fuerzas armadas.

Desplazados internos

El M23 ha provocado un gran número de desplazamientos internos, pero es difícil cuantificar cuántas se han desplazado por su violencia únicamente ante la amalgama de hasta 120 grupos rebeldes en el este de R.D. Congo. En apenas dos semanas en febrero de 2024, el conflicto armado en el este de R.D. Congo ha desplazado a al menos 150.000 personas, la mitad de ellos niños, y al menos 15 civiles han fallecido en combates entre grupos rebeldes y fuerzas oficiales. En octubre de 2023, R.D. Congo llegó a un máximo histórico: 6,9 millones de desplazados internos por violencia, de los cuales el 80% estaban en el este del país.

Acusación a Ruanda y Uganda

El gobierno de R.D. Congo acusa a Ruanda de armar, financiar y apoyar a la insurgencia del M23, así como un apoyo más tácito por parte de Uganda. La ONU también ha respaldado las acusaciones. En ambos casos, Ruanda y Uganda han denegado su involucración directa.

Ruanda y Uganda invadieron el este de R.D. Congo en 1996 con el pretexto de perseguir a los responsables hutus del genocidio en Ruanda contra los tutsis en 1994, acusando al gobierno congoleño de dar cobijo a las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo rebelde acusado de volver a buscar un gobierno de mayoría hutu en Ruanda.

Interés en los minerales

En el este de R.D. Congo existen algunos de los minerales más importantes del mundo. R.D. Congo tiene dos terceras partes de todo el coltán y un 50% del cobalto de todo el mundo, minerales vitales para las baterías de móviles y fabricaciones eléctricas. Tan solo en la región de Kivu Norte hay oro, coltán, uranio, diamantes y minerales raros como la turmalina o el wolframio, utilizados para la industria cosmética y para circuitos eléctricos.

El valor conjunto de todos los minerales del Congo se estima en 24 billones de dólares estadounidenses. Para hacernos una idea, el PIB de Estados Unidos es de 27 mil millones de dólares: es decir, los minerales valen casi cien veces más que toda la economía estadounidense.

Todo esto ha llevado a que la zona, rica en materias primas, sea codiciada por numerosos intereses económicos y grupos armados. La mayoría de estos minerales se hacen en minas artesanales, sin regulación ni protección para los trabajadores. En todo el este del Congo se han contado 2.720 minas artesanales que se disputan el control los grupos rebeldes.

¿Qué sucede actualmente con el M23? 

A pesar del acuerdo de paz de 2013, en 2021 el M23 reapareció e inició ataques tras demandar que el gobierno aplicara el Acuerdo de Nairobi de 2013, en el que se estipulaba la amnistía para los miembros de este grupo y su repatriación al país. Desde entonces el conflicto y las tensiones han aumentado, lo cual ha causado el resurgimiento de la violencia. 

La tensión aumentó con el paso de los meses y el avance del grupo rebelde M23 ha pillado por sorpresa incluso al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien dijo en una entrevista a France 24 que “el M23 es un Ejército moderno con armamento pesado y equipamiento más avanzado que el de MONUSCO”. El M23 se enfrenta actualmente al Ejército de R.D. Congo, a los cascos azules de la ONU, a las milicias wazalendo de autodefensa del este del Congo e incluso a los miembros de la misión de la Comunidad de Desarrollo de África Austral enviados por Sudáfrica.

A finales de febrero, el M23 ya controlaba todos los accesos terrestres a Goma, cuya única salida es por aire, vía el Lago Kivu o por la frontera con Gisenyi, ya en Ruanda. El M23 dijo que su objetivo no era entrar y hacerse con el control de la ciudad de Goma, sino que estaba en “medidas defensivas”. Ruanda envió tropas a Gisenyi también como medida de defensa, según aseguró el portavoz del Ejército.

En la actualidad, la situación de tensión es inédita en la última década y se teme que pueda desencadenar en una guerra abierta regional.

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