Nos vemos el año que viene, inshallah
🏆 Una breve reflexión sobre el poder de las palabras y los gestos unos días después de los III Premios África Mundi.
La delicadeza de las palabras de Ngone. El rostro absorto de una madre que mira a un hijo que expresa su miedo irracional, y el de todos. La ausencia de Toni. La fuerza de la voz de Ximena, que habla por las miles de mujeres violentadas y abusadas en Tigray. El trabajo colaborativo de los compañeros de Fundación Por Causa. La profesionalidad de Ana. La reivindicación sonora de Sani, Laurent y Joseph. De la brutalidad del contexto sudanés al humor por lo estereotipado. Una carcajada que se entremezcla con la lágrima de emoción, de orgullo, de pena. El corazón hinchado. Lo hemos vuelto a hacer.
No es fácil volver, o así creíamos que sería. Cuando el 17 de enero de 2024 terminamos nuestra primera gala en el auditorio principal del CaixaForum de Madrid, pensamos que ya habíamos tocado el techo. “¿Cómo lo superaremos? ¿Volverá la gente? ¿Cómo vamos a financiarnos? ¿Para qué sirve todo esto?”, nos preguntábamos. No os mentiré, tampoco ha sido un paseo en barca, pero cada segundo trabajado ha merecido la pena. Lo hablaba con alguno de los compañeros que se sumó a la fiesta post premios: “Esta gala es un reconocimiento de todos y para todos los que trabajamos sobre y desde el continente africano”. Aprovechando estas líneas, lo vuelvo a reiterar: esto no es nuestro, no es de África Mundi, no es mi evento, ni el de David. Es el de cada uno de los que escribe, educa, sensibiliza, deconstruye. Desde los grandes espacios de discusión hasta el activismo local. El evento del pasado miércoles también es del que habla sobre África desde España hasta el que se recorre cada rincón del continente africano. Gracias por alimentar una narrativa que propició la creación de África Mundi hace cinco años y sobre la que seguiremos trabajando hasta que nos dejen.
Podría seguir escribiendo, pero mejor continuar con nuestra lucha.
Gracias, gracias y gracias. Nos vemos el año que viene, inshallah.
Soraya y David.