Neofilia digital: el peligro ético de la tecnología en la ayuda humanitaria
💻 La introducción de sistemas biométricos promete agilizar el proceso con refugiados, pero la falta de regulación en África y el peligro en el tratamiento de datos supone un peligro.
🤭 Análisis como estos son posibles gracias a la implicación de nuestros colaboradores y suscriptores de AM+
Si no sabes qué es AM+ y quieres formar parte, suscríbete por 50 euros al año o 5 al mes 👇🏼
A principios de 2018, Rosa Malango se dio cuenta del fraude. Ella estaba trabajando en Uganda como directora de la Oficina de las Comisiones Regionales de la ONU y vio que el gobierno estaba inflando las cifras para obtener más fondos internacionales.
Peter Ngonyo, representante del gobierno ugandés en el centro de acogida, reconoció las discrepancias en los datos con los de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), pero dijo que no había mala fe. Simplemente estaban desbordados.
Entre mediados de 2016 y 2017 habían llegado un gran número de refugiados de Sudán del Sur y creían que algunas personas se habrían registrado varias veces. En Uganda, más de un millón de refugiados han encontrado un hogar gracias a su política de puertas abiertas y con una de las políticas de asilo más progresistas del mundo. El país ha experimentado un rápido aumento en la llegada de refugiados en los últimos años, especialmente provenientes de Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y Burundi.
Todo el registro se hacía a mano y era difícil de controlar. Visto el problema, se pusieron manos a la obra para no repetirlo. En marzo de 2018, la ONU se propuso un reto mayúsculo: digitalizar a todos sus refugiados en Uganda. En seis meses lo habían conseguido.
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to África Mundi to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.