Negociar con yihadistas en el Sahel: la arriesgada estrategia de Níger que tiene recompensa
A diferencia de sus vecinos, Níger ha hecho del diálogo con grupos extremistas una parte importante de su estrategia antiterrorista.
Autores: Hassane Koné y Fahiraman Rodrigue Koné - ISS Africa
El 10 de febrero de 2023, Níger sufrió uno de sus ataques más mortíferos cuando hombres armados con presuntos vínculos con grupos terroristas tendieron una emboscada a un convoy militar en Banibangou, una comunidad en la región de Tillabéri. Diecisiete soldados murieron y 13 resultaron heridos, poniendo fin a meses de relativa calma en la zona.
La violencia había disminuido como resultado de dos operaciones especiales realizadas en el norte de Tillabéri entre julio y octubre de 2022 por Níger con refuerzos de 250 tropas francesas. Con nombre en clave Almahaou (torbellino en la lengua zarma) y Niya (voluntad en la lengua hausa), las ofensivas se dirigieron a grupos vinculados a al-Qaeda y al Estado Islámico. El ataque de febrero destaca los límites de tales operaciones y da crédito al uso del diálogo por parte del país como parte clave de su estrategia antiterrorista.
A principios de 2022, las autoridades de Níger reconocieron la necesidad de dialogar con los líderes yihadistas en Tillabéri. Esto se promovió después de que varios nigerinos desertaran de sus grupos extremistas y la violencia en la región de Diffa disminuyera después de un proceso de desarme y reintegración iniciado en 2016. Un total de 386 excombatientes de Boko Haram pasaron por la desradicalización y la formación profesional.
El uso del diálogo en Tillabéri muestra una fuerte voluntad política por parte del gobierno, que desea desincentivar el compromiso con grupos extremistas y estabilizar la región. El enfoque de Níger, que combina el diálogo y la acción militar, contrasta marcadamente con la tendencia regional. Los países vecinos han reforzado sus tácticas militares mediante la diversificación de alianzas estratégicas y el empleo de civiles armados.
Níger tiene una larga tradición de diálogo tras su exitosa gestión de las rebeliones tuareg. El país se ha esforzado por institucionalizar esta tradición para permitir un enfoque más holístico para abordar sus desafíos de seguridad. Un paso central ha sido el establecimiento de la Alta Autoridad para la Consolidación de la Paz, alojada dentro del gabinete de la Presidencia, y la Unidad Nacional de Coordinación para los Programas de Estabilización y Desconexión supervisada por el Ministerio del Interior.
Para evitar el reclutamiento por parte de grupos terroristas, el gobierno inició varias conversaciones en 2022 para fomentar el diálogo intra e intercomunitario para la paz, la reconciliación y la cohesión social en varias regiones. Estos fueron seguidos por esfuerzos de mediación comunitaria, uno de los cuales condujo a la firma de un acuerdo de paz entre las comunidades fulani y zarma en Banibangou el 21 de enero de 2023. El acuerdo es importante, ya que los grupos yihadistas explotaron los conflictos entre las dos comunidades para fines de reclutamiento.
Para generar consenso en torno al proceso, el presidente Mohamed Bazoum ha involucrado a una variedad de líderes políticos, religiosos y de la sociedad civil, así como a funcionarios administrativos y de seguridad.
El diálogo permanente y el compromiso personal de Bazoum, apoyado por su equipo asesor, han facilitado el contacto con varios yihadistas a través de emisarios comunitarios. Investigaciones recientes del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS) proporcionan evidencia de que aproximadamente 100 excombatientes están siendo reunidos en la capital, Niamey, en espera de ser trasladados al centro de reintegración socioeconómica en Hamdallaye, en Tillabéri. Pasarán por etapas de desradicalización y recibirán herramientas para montar sus propios oficios como mecánicos, soldadores, fontaneros, carpinteros o modistas.
Sin embargo, el proceso de diálogo enfrenta algunos desafíos. Los entrevistados le dijeron al ISS que algunos emisarios de la comunidad que facilitaban el contacto con los yihadistas no eran necesariamente los más calificados. Dijeron que aquellos con mayor credibilidad e influencia social habían sido dejados de lado. También hubo preocupaciones sobre cómo integrar efectivamente a los excombatientes en las comunidades luego de su liberación del centro de Hamdallaye.
Para tener éxito, Níger debe adoptar un enfoque más inclusivo que involucre a varios actores influyentes. También es fundamental una mejor coordinación entre las instituciones involucradas para evitar la dispersión de esfuerzos. El gobierno debe garantizar que el proceso de diálogo no se atasque y se base en las lecciones aprendidas a través del proceso de desarme, desmovilización, repatriación, reintegración y reasentamiento en Diffa. Esto minimizará el riesgo de reclutamiento por parte de grupos yihadistas, incluidos los excombatientes.
Al incluir el diálogo en sus esfuerzos antiterroristas, Níger está experimentando con un enfoque similar al de Argelia y Mauritania, que respaldan su protección de una década contra la violencia yihadista.
Los vecinos de Níger en el Sahel y el Golfo de Guinea que se ven afectados por el extremismo violento deberían inspirarse en la estrategia del país para hacer frente a la inseguridad que aflige a sus poblaciones. Un enfoque regional coordinado también ejercería presión sobre los grupos terroristas y, en última instancia, los privaría de recursos humanos.
Este artículo fue originalmente publicado en inglés en ISS Africa y es fruto de una colaboración con este centro de investigación sudafricano.
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✍🏽✍🏽 Hassane Koné y Fahiraman Rodrigue Koné son investigadores sénior del Proyecto Sahel de la Oficina Regional del Instituto de Estudios de Seguridad para África Occidental, el Sahel y la Cuenca del Lago Chad.