Lluvias mortales en Sudáfrica
Coches hundidos, perros buscando cuerpos y containers despergidados como si fueran piezas de Jenga que se acaban de caer. Las peores lluvias en más de 60 años en la provincia sudafricana de KwaZulu Natal han causado un enorme drama humano y económico.
“Es uno de los mayores desastres que se recuerda”, decía el gobernador regional el jueves. “Es un nivel de destrucción sin precedentes”. El lunes cayeron en Durban 300 milímetros por metro cuadrado, una tercera parte de lo que suele llover en todo un año. 443 personas han muerto y hay otras 63 en paradero desconocido que podrían hacer rebasar el medio millar. A ello se suman 41.000 personas desplazadas, la mayoría de ellas en los alrededores de Durban, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica.
Al drama humanitario se une un coste económico difícil de recuperar. El puerto de Durban, principal eje para el comercio del sur del continente con Asia, estuvo 36 horas cerrado por el bloqueo provocado por las inundaciones. La región es además la segunda de mayor importancia económica con un 16% del PIB de Sudáfrica y con una economía similar a la de Tanzania.
“Este desastre es parte directa del cambio climático”, ha dicho el presidente del país, Cyril Ramaphosa. En 2019, inundaciones en la provincia ya causaron 70 muertos y más de mil desplazados en lo que científicos dicen que debería haber servido de aviso para prepararse. Sudáfrica es el único país africano que depende del carbón y sus emisiones multiplican por ocho la media del continente, situándose como decimotercer país que más contamina del mundo.