Las cruces de la inmigración en formato de música tecno
El grupo sevillano PIRÁMIDE lanza un nuevo disco para reflexionar sobre la inmigración.
En la encrucijada entre lo ancestral y lo futurista, entre las olas del mar de Gibraltar y las raíces profundas del flamenco, Cruces, el segundo álbum del grupo PIRÁMIDE, emerge como un grito resonante que no solo desafía las convenciones musicales, sino que también denuncia las injusticias de un mundo dividido por fronteras. Este disco no es solo música; es una reflexión colectiva sobre la migración, la historia compartida de África y de Europa… y de los inmigrantes que procuran cruzar el Estrecho en busca de una alternativa. A través de sus extraordinarios sonidos conjugados, PIRÁMIDE crea una obra que se puede interpretar como un puente entre el pasado y el futuro, entre lo local y lo universal.
PIRÁMIDE es un colectivo sevillano nacido en Los Palacios y Villafranca. Ha sabido mezclar la tradición y la vanguardia de una forma única, posicionándose como una de las propuestas más arriesgadas y estimulantes del panorama musical actual. Cruces es el resultado de esa búsqueda constante de lo nuevo, una búsqueda que nunca se desvincula de las experiencias y tradiciones que los han marcado. El álbum se nutre de las sonoridades locales del Bajo Guadalquivir, pero se proyecta hacia un futuro donde la experimentación con la electrónica permite reconfigurar esas raíces y llevarlas a un terreno donde lo viejo y lo nuevo se encuentran sin complejos.
El álbum trata uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo: la inmigración. Las realidades de quienes cruzan el estrecho en busca de un futuro mejor. Arroja una crítica directa a las políticas europeas que siguen exacerbando la crisis de los refugiados sin ofrecer a cambio las soluciones humanas que requieren. El título del disco, "Cruces", no solo hace referencia a las cruces físicas que marcan la frontera, sino también a las cruces simbólicas que cargan los migrantes: el peso de una historia compartida de colonialismo, pobreza y deshumanización. Cada canción se convierte en un retrato de ese sufrimiento y una invitación a reflexionar sobre la complicidad de Europa en este ciclo dramático.
Hablando desde una perspectiva puramente musical, Cruces cruza un territorio de exploración donde la banda se desplaza con soltura entre géneros como la electrónica industrial, el flamenco, el post-punk y la música de club. Temas como "Yo te Quiero", que fusiona la bulería con el garage 2-step, o "Ibrahim", una salve rociera transformada por texturas electrónicas, son solo algunos ejemplos de cómo PIRÁMIDE utiliza el lenguaje musical para contar historias de resistencia y lucha.
La conexión entre lo sonoro y lo visual ha sido siempre una parte esencial de PIRÁMIDE. La banda no solo crea su música, sino que también conceptualiza sus videoclips y el apartado visual de sus directos. Este enfoque integral de su arte, que abarca tanto lo auditivo como lo visual, puede considerarse como un elemento crucial para comprender la identidad única de esta banda. En Cruces, los videoclips (especial sensación provoca el de "África Rajada", realizado junto con Los Voluble) no son simples complementos de la música, sino extensiones de su mensaje… una forma de amplificar las denuncias que elaboran en las canciones. La colaboración con artistas visuales que comparten su visión de la música y el arte se ha convertido en un sello distintivo de PIRÁMIDE, que busca crear experiencias inmersivas donde el público no solo escucha, sino que también ve, siente, piensa, reflexiona, crece.
En cuanto a la temática de Cruces, la migración es el eje central, pero el álbum también habla de una memoria histórica que debe considerarse necesaria al mirar a nuestro caótico derredor. La relación entre África y Europa está marcada por siglos de colonialismo, esto es innegable, y ésta sigue siendo una herida abierta y profunda que afecta tanto a las personas que intentan cruzar el estrecho como a las que permanecen al otro lado de la frontera. PIRÁMIDE no se limita a mostrar la lucha de los inmigrantes; también señala las raíces profundas de esa lucha, a la vez que se insinúa a los oyentes para que busquen las estructuras de poder que perpetúan la injusticia.
El álbum se cierra con una reflexión sobre el futuro: ¿qué queda después de las cruces? ¿Qué pasa cuando las fronteras se cruzan, y cuando tantas vidas se pierden en ese intento? La respuesta de PIRÁMIDE es un grito de esperanza, una llamada de alerta en un contexto cruzado donde los conceptos se superponen unos sobre los otros. Cruces no solo es un álbum sobre el dolor porque la queja vacía es vana; viene también con una marca de resistencia y de fuerza, una capacidad humana de hacer frente a la adversidad que amenaza con devorarnos.
Cruces es más que un disco. Es una invitación a mirar más allá de las fronteras. Una invitación a ser mejores o, quizás, más humanos a la hora de construir nuestro futuro. Cruces es una conversación que merece la pena ser escuchada.