Kemi Seba: "Si los líderes africanos se comportan como mendigos, África será tratada como un continente pobre"
💬 En una entrevista exclusiva con África Mundi, hablamos con el recién nombrado asesor del líder militar de Níger y fundador del grupo Urgences Panafricanistes.
Kemi Seba levanta el puño en el centro de Madrid. El activista beninés, nacido en Francia, sabe lo que quiere. Así lo muestra. “Si quieres, nos sentamos aquí”, le digo señalando la terraza de Starbucks, la cadena internacional de cafeterías de origen estadounidense. “No, no quiero ser cómplice del genocidio que ejerce Israel en Palestina”, responde.
A pesar de que Seba nació en Francia, el pasado mes de julio las autoridades galas le retiraron la nacionalidad francesa, después de que él renunciara a su pasaporte francés. Unos meses antes, la prefectura del departamento francés de Essone intentó prohibir una de sus conferencias. “Seguiré luchando”, apunta, en reiteradas ocasiones, al inicio, mitad y final de su entrevista con África Mundi.
Recientemente, Seba fue nombrado asesor del líder militar de Níger, el general Abdourahamane Tiani, quien tomó el poder en un golpe de Estado en julio de 2023 contra el presidente derrocado, Mohamed Bazoum. Desde entonces, Níger ha cortado los lazos con países occidentales y ha pedido a las tropas francesas, estadonidenses y alemanes que salgan del país. Además, el beninés es el fundador del grupo Urgences Panafricanistes y ha liderado diversas protestas contra la influencia de Francia en África.
Empiezo por el final y, quizás, desde lo más pretencioso, ¿cuál es el futuro de África, Kemi?
A pesar de que soy muy crítico con la globalización y el neoliberalismo, creo que muchos de los retos de la globalización cambiarán, y ya están cambiando, beneficiarán a África. Las nuevas generaciones de la diáspora están trabajando conjuntamente por el desarrollo del continente.
Los africanos hemos nacido y crecido o, en países europeos, o bajo la dominación del pensamiento occidental. Los que hemos vivido fuera, en situaciones más privilegiadas, cuando volvemos al continente nos damos cuenta de las desigualdades. Que, por supuesto, tenemos que cambiar. No solo destacamos las diferencias sino, también todo lo que Occidente nos ha robado. Hay oportunidades para que África, a través de las nuevas generaciones, puedan cambiar la narrativa. Tenemos que crear nuestra propia visión y centrarnos en nosotros mismos.
Eres muy crítico con la coexistencia entre las oligarquías europeas y las africanas. En alguna ocasión, has apuntado que África está dentro de una espiral de colonialismos ¿Qué opinas entonces sobre la presencia de China y África?
Yo creo que la nueva estrategia del neocolonialismo occidental consiste en presentar a todos los potenciales competidores como los nuevos colonos. Así pueden tranquilizar su conciencia y hacer creer a la gente que si no se quedan, los que les sustituirán, también serán colonos. La nueva generación africana se encuentra en una dimensión muy diferente y con muchos excesos. Tanto con China, con Rusia o con Emiratos Árabes Unidos, entre otros.
Si África tiene problemas con todos los países extranjeros, tiene que ser capaz de mirarse en el espejo. Quizá la forma en la que nos comportamos con las potencias extrajeras no es la normal. Viajemos donde viajemos, ningún país extranjero puede permitirse ser irrespetuoso.
Tenemos que reflexionar sobre nuestra forma de hacer política y de tratar con el mundo exterior. Si los dirigentes africanos se dejan ocupar por el mundo exterior, China y Rusia nos faltarán el respeto como lo han faltado todas las demás naciones. Es, ante todo, una responsabilidad africana.
¿Qué opinas entonces del cambio de Grupo Wagner a África Corps? ¿Cuál es vuestra relación con Rusia?
Negociamos con el Grupo Wagner, igual que negociamos con Hezbolá, con Venezuela, con Irán o con diversos grupos opuestos al imperialismo occidental. Es oficial, no hay secretos.
En el caso de Rusia, en 2019, tuvimos la oportunidad de hablar con Wagner y discutir que teníamos diferentes líneas ideológicas y metodologías. Les dijimos que no íbamos a llevar a cabo acciones violentas y que vamos a luchar a nuestra manera. Somos nosotros los que queremos descolonizarnos. No podemos aceptar que otros nos digan lo que tenemos que hacer. Podemos trabajar conjuntamente y darnos apoyo logístico, pero ya está. Por eso decidimos distanciarnos.
En el caso de África Corps, no tenemos ninguna relación con ellos. A largo plazo, lo ideal sería que ni los necesitáramos. El problema es que las otras naciones, en lugar de proporcionar las armas para defendernos, prefieren ocupar el espacio para asegurarse el acceso a los recursos. Mientras sigamos teniendo dirigentes africanos corruptos y ejércitos desarmados, desgraciadamente, nos veremos obligados a hacer llamamientos de emergencias a otras naciones para hacer alianzas bilaterales temporales.
Y la Alianza de Estados del Sahel, ¿cómo puede cambiar estas dinámicas y ejercer el liderazgo que buscáis?
La Alianza de Estados del Sahel es un nuevo tipo de matriz política en la subregión de África Occidental. Es un nuevo tipo de liderazgo africano, de autodeterminación y soberanía humana e ideológica. Pero creo que es solo una etapa, porque irá mucho más lejos. La nueva generación seguirá este camino porque la juventud es el resultado de una lucha que les ha precedido.
Son las movilizaciones que todos hemos liderado durante los últimos años las que han desembocado en golpes de Estado. No son los golpes de Estados los que han creado las movilizaciones. Las operaciones militares golpistas en Níger, Burkina Faso y Mali son el resultado final. La Alianza de Estados del Sahel es una perspectiva creciente a corto, medio y largo plazo.
¿Crees que los jóvenes de Níger, Burkina Faso y Níger aspiran al cambio a través de la Alianza de Estados del Sahel?
Desde luego, es una realidad. Hay una gran esperanza entre los jóvenes de los tres países y un creciente apoyo a sus líderes. Ahora bien, la crisis social y económica, a veces, lo hace difícil. Sobre todo por las sanciones y, consecuentemente, el empobrecimiento. Es difícil avanzar como nos gustaría, como queremos, pero hay un gran apoyo popular a los actuales líderes.
Hablas de cómo los africanos pueden empoderarse en África, pero, la realidad, es que no hay espacio para ellos, sobre todo fuera de la precarización y en las grandes empresas e infraestructuras, de origen occidental. ¿Es una de las razones por la que los jóvenes deciden migrar hacia Europa?
Hay que librar una batalla política fundamental para reapropiarnos de nuestros propios recursos. Resulta contraproducente que las autoridades occidentales no estén en contra de la migración de los recursos mineros, pero sí de la migración de los recursos humanos. Si tenemos que jugar este juego, tenemos que detener la migración, sí, pero para ello, tenemos que detener el saqueo de las materias primas. Cuando la propia oligarquía occidental colonizó los cuatro puntos cardinales del planeta, no pidió permisos de residencia, ni necesitó visados Schengen.
La lucha gira en torno a la reapropiación de los recursos y la soberanía económica y monetaria. Llegará un día en que nuestros jóvenes podrán disfrutar del oro, de los recursos mineros, de su suelo, de su país.
Tenemos que seguir con este trabajo de descolonización, aunque sea arriesgando nuestras vidas y nuestros derechos. Por eso me han retirado la nacionalidad francesa, porque estoy librando estas batallas. Por eso me meten en la cárcel, porque saben que no voy a parar. Cuando nos prohíben entrar en ciertos países, es porque estamos, de nuevo, librando esta batallas. Lo hacemos por las generaciones futuras. Es la lucha en la que estamos.
En el caso de Senegal, los focos están puestos en el nuevo gobierno de Sonko y Faye. Durante la campaña electoral, prometieron romper lazos con Francia, pero, ¿los están cumpliendo? ¿Es viable acabar con la relación con París? ¿Cuál es tu opinión?
Estamos en un periodo político muy complicado en el que Francia intenta acentuar las divisiones entre africanos. A veces, hay palabras que decimos con el corazón que corren el riesgo de ser explotadas por Francia. Tenemos que cuidar nuestras palabras, porque nos están observando.
En Senegal, hay una línea de actuación que se prometió y que, actualmente, no se está cumpliendo. De momento, muchos jóvenes africanos, fuera de Senegal, están decepcionados con el nuevo gobierno. El África francófona se movilizó por Senegal y ahora que Sonko y Faye están en el poder, las autoridades nos repiten que no es asunto nuestros, que es de los senegaleses. Pero no, es un asunto africano.
Aun así, soy de los que piensa que no debemos exponer en público nuestros desacuerdos porque Francia y Occidente utilizarán estos desacuerdos para dividirnos.
En el caso de Níger, entonces, ¿cuál es la actual relación con Occidente y cuál es el objetivo final?
En estos momentos, la relación entre Níger y los países occidentales no es buena. Y no porque sean occidentales, sino, sobre todo, porque las oligarquías están saqueando nuestros recursos naturales. Occidente debe de cuestionarse a sí mismo y, mientras tanto, Níger trabaja por su soberanía y por la reapropiación de lo que es suyo. Eso es un paso histórico. Es el país que está más a la vanguardia de la lucha contra el neocolonialismo.
Tenemos un objetivo final, por supuesto. El objetivo final es la independencia total.
¿Podemos mirar al futuro de la misma forma desde otros países de la región como Burkina Faso, por ejemplo?
El contexto es diferente, para empezar, por el avance terrorista. Entran en juego muchos parámetros, pero, junto con Mali, los tres países avanzaremos hacia la soberanía. Ese es el enfoque y ese es el destino.
Aun así, el fin de la esclavitud requiere sacrificio. Cuando trabajas en el campo, tienes una comida garantizada todos los días. Cuando dejas el trabajo, ya no la tienes y estás sujeto a otros riesgos. El amo de los esclavos siempre intenta ahuyentarte con su bigote. Es una lucha dura, pero es una lucha que merece la pena.
¿Algún día África dejará de ser el continente ignorado, olvidado, empobrecido…?
Dependerá de la actitud de los dirigentes. Estamos imponiendo esta línea de actuación y de cambio y presionando a los altos cargos para que la cambien, pero dependerá de ellos.
Si los líderes africanos se comportan como mendigos, África será tratada como un continente pobre. Si nuestros líderes africanos se comportan como jefes responsables de sus Estados, África será respetada.