Hafida Zizi, la artista amazigh cuyas pinceladas conectan a las mujeres de su comunidad con el mundo
🖌️ Hablamos con Hafida Zizi, una de las artistas amazigh más reconocidas del panorama cultural dentro y fuera de Marruecos.
Situada en el valle de Ounila, en el sudeste de Marruecos, la ciudad fortificada de Aït Ben Haddou ha dejado su huella en la historia. Desde la leyenda de una princesa amazigh que habría gobernado la región antes de la llegada del islam hasta su actual papel como reclamo para viajeros de todo el mundo y refugio de artistas. Durante siglos, la zona fue un denotado enclave en la ruta comercial que conectaba el antiguo Sudán (Gao, Tombuctú, Djenné, etc.) con Marrakech, a través del valle del Draa y el paso de Tizi n’Telouet.
Ecos de esa historia impregnan hoy sus estrechas callejuelas de adobe, donde los vibrantes colores de las artesanías marroquíes se entrelazan con la memoria del tiempo, tejiendo una atmósfera que envuelve al viajero en un pasado aún latente. En las pequeñas tiendas y fachadas, la tradición y la modernidad danzan en un equilibrio sutil, marcadas por el pulso de la globalización que, sin borrar sus raíces, las transforma. Productos llegados del extranjero intentan, en una suerte de imitación, mimetizarse con la identidad local para seducir a los viajeros con precios más accesibles. Junto a ellos, conviven auténticos tesoros que reflejan la riqueza cultural de la región, revelando tanto las señas de identidad de la población amazigh como el movimiento artístico y cultural que inunda el lugar. Entre ellos está la galería Tiwirga —que significa “sueños” en tamazight (lengua de los imazighen)—.

Al adentrarse en una estrecha callejuela, donde el techo se funde con la calidez terrosa de la fortaleza, la mirada se detiene en un colorido espacio que da voz a la historia y la tradición de las mujeres amazigh de la región. Es el universo de Hafida Zizi, una artista nacida en el pueblo montañoso de Aghbala, perteneciente a la provincia de Beni Melal. Como muchas mujeres de su región, comenzó desde muy joven a iniciarse en él tejiendo alfombras, donde cada nudo y cada patrón le enseñaron a armonizar colores y formas. Aquella sensibilidad, cultivada desde la infancia, más tarde dejaría una huella profunda en su obra pictórica.
Fue a los 27 años, tras la pérdida de su madre, también su mejor amiga, cuando Hafida encontró en el arte un refugio para expresar sus emociones, para sentirse escuchada. Emprendiendo, de manera inesperada, un camino que la llevaría a convertirse en una artista autodidacta, hoy reconocida en el arte popular.
En su obra, Hafida narra la historia y las tradiciones de las mujeres de su comunidad, quienes, según explica, han jugado un papel clave en su vida. Para ello, combina una paleta vibrante que plasma en acuarelas, frescos y lienzos. Con sus pinceles, ilustra el arte naïf en todo su esplendor, siendo su signo de identidad el recurso a los ojos grandes y expresivos, así como a elementos que evocan el tradicional papel de las mujeres amazigh como creadoras y portadoras de arte. En este sentido, integra símbolos como tatuajes faciales, joyas y vestimentas que reflejan la identidad de este pueblo ancestral. Con todo, su obra no solo cautiva por su estética, sino que también ofrece a quienes la contemplan una experiencia artística cargada de significado y arraigada en la memoria cultural amazigh.
Sus trabajos fueron presentados por primera vez en su exposición en Imilchil en 2011. Sin embargo, Hafida Zizi no tardaría en participar en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, en diversas ciudades de Marruecos e incluso en el extranjero, convirtiéndose en una de las artistas que han llevado la pintura marroquí contemporánea más allá de sus fronteras, con un enfoque especial en la mujer y la identidad amazigh.
Una de sus últimas exposiciones, El universo familiar de las mujeres amazighes, tuvo lugar en la Fundación Euroárabe (Granada, España) el pasado 21 de enero de 2025, con motivo del Yennayer 2975 (Año Nuevo amazigh).
¿Cómo comienza la vida artística de Hafida?
Hafida Zizi - Mi entorno amazigh en el Medio Atlas ha sido una fuente de inspiración profunda para mi trabajo artístico, especialmente en las distintas etapas de la confección de alfombras. De niña, solía tejer junto a mi madre, y como sabemos, el tejido es una actividad colectiva llevada a cabo entre mujeres. Tras el fallecimiento de mi madre, decidí contar las historias y representar las escenas que viví con estas mujeres, resaltando su rico legado amazigh, lleno de colores vibrantes, tatuajes y una notable diversidad de vestimentas.
Mencionas los tatuajes y son esenciales en tu obra, pero, aunque ahora empiezan a verse en las generaciones más jóvenes, especialmente en la diáspora, hoy en día es difícil encontrarse con mujeres amazigh con el rostro tatuado en Marruecos…
Hafida Zizi - Sí. Aunque en algunas zonas pueden encontrarse, especialmente en zonas más aisladas o en las montañas. Los tatuajes no son bien vistos en el Islam.
Además del tejido de alfombras y la tradición amazigh, ¿cuáles dirías que son tus principales influencias artísticas?
Hafida Zizi - Mi trabajo está profundamente inspirado en los colores amazigh. Además, los artistas Abbes Saladi y Chaïbia Talal han sido una gran influencia para mí, no solo a través de sus obras, sino también por sus historias y su visión artística única.
Y, ¿qué mensaje buscas transmitir a través de estas representaciones?
Hafida Zizi - Como mencionaba anteriormente, mi enfoque principal es la representación de las mujeres, ya que mi infancia sigue muy presente en mi memoria. Las mujeres en mis pinturas evocan escenas de mi niñez.

En tu obra la identidad amazigh está muy presente, ¿cómo crees que tu arte contribuye a la preservación y promoción de esta cultura?
Hafida Zizi - Mi estilo artístico y las historias que represento en mis pinturas resaltan escenas de la cultura amazigh, en particular la vida cotidiana de las mujeres amazigh. A través de mis actividades culturales, tanto a nivel nacional como internacional, contribuyo activamente a la promoción y celebración de esta rica y ancestral cultura.
Como artista autodidacta, ¿cuáles consideras que han sido los principales desafíos has enfrentado en tu carrera artística?
Hafida Zizi - Al principio, enfrenté muchos desafíos, especialmente una gran ansiedad al compartir mi arte. Además, tenía la responsabilidad de cuidar a mis nietos. Ahora han crecido y son ellos quienes gestionan mi trabajo. ¡La vida está hecha de etapas!
¿Y tu mayor logro?
Hafida Zizi - Mi mayor logro en mi carrera artística ha sido la fundación de mi espacio artístico en Aït Ben Haddou. Allí recibo a cientos de personas cada día. Es un espacio público donde trabajo y organizo talleres.
En este sentido, ¿cómo percibes el impacto del turismo en la preservación y difusión de la cultura amazigh en esta región?
Hafida Zizi - Mi ubicación en el ksar de Aït Ben Haddou es una gran ventaja para mí como artista en una región rural como es el sudeste. Me permite compartir mi trabajo con turistas de cientos de países diferentes, introduciéndolos en mi universo. Promover mi arte y mi trabajo mientras resalto la riqueza cultural de este sitio excepcional.
Al mismo tiempo, para mí, cada día se siente como un viaje a través de muchas culturas y países gracias a estos encuentros enriquecedores con visitantes de todo el mundo. En ellos, percibo su fascinación por este descubrimiento cultural, que muchas veces les inspira a regresar para aprender más y profundizar su comprensión de la vida amazigh.
En tu galería he visto diversas obras de arte, no solo lienzos. ¿Qué técnicas y materiales prefieres utilizar para tus pinturas?
Hafida Zizi - Cierto. Principalmente, trabajo con acrílico, pero también exploro diferentes soportes, como lienzo, cerámica y madera.
Como vienes explicando, las mujeres son un pilar esencial en tu universo artístico, más allá de tu obra, ¿cómo percibes la evolución, su papel en el arte y la cultura amazigh?
Hafida Zizi - En la actualidad, veo distintas jóvenes en redes sociales que están siguiendo este camino, al mismo tiempo muy conectado con la mujer amazigh, con su historia. Sin embargo, aunque las formas hayan evolucionado, no es algo nuevo, ni lo será en el futuro, sino una continuación del tradicional papel de la mujer como preservadora y transmisora de la cultura e identidad amazigh que evoluciona junto con la sociedad.
Las mujeres siempre han jugado un papel importante en las sociedades Amazigh. Algunas reinas lucharon por sus tierras, otras tuvieron un impacto significativo en la historia... Hoy en día, las mujeres amazigh continúan presentes y activas en distintos campos, mientras que preservan la conexión con su cultura.
Como cierre, pensando en otras mujeres de la región y en el futuro, si tuvieras que darles un consejo, especialmente a quienes desean dedicarse al arte, ¿cuál sería?
Hafida Zizi - Lo que me gustaría decirles a las mujeres amazigh es que se involucren activamente en proyectos culturales, especialmente a través del turismo. Nuestro patrimonio es increíblemente rico, y debemos destacarlo, explorándolo en todos los ámbitos dentro de Marruecos. Por supuesto, esto requiere trabajo duro, perseverancia y un desarrollo personal continuo.
En las palabras y en la obra de Hafida reverberan los ecos de una historia milenaria, tejida por generaciones de mujeres imazighen que han sido guardianas de su cultura. Tradicionalmente creadoras de arte, también han hecho de sus cuerpos un lienzo vivo de identidad, a través de joyas, tatuajes y vestimentas.
Hoy, mujeres como Hafida Zizi articulan las tradiciones de sus comunidades mientras impulsan transformaciones que les permiten navegar la ola de la globalización, surcando las aguas que se filtran por las grietas de unas sociedades que, poco a poco, desdibujan las identidades con pinceladas de uniformidad.
Lo hacen con raíces firmes en su pasado y su presente, construyendo un futuro en el que su cultura sea reconocida, revalorizando elementos que, empujados por dinámicas históricas de imposición, marginación y olvido, parecían haber quedado atrás, como los tatuajes, y devolviéndoles su fuerza como símbolos de una herencia viva.
Hafida, junto a otras mujeres de la región y de la diáspora, toma el timón de iniciativas que promueven la identidad amazigh y su proyección internacional, adaptándose a los nuevos tiempos y haciendo uso de herramientas como las redes sociales para alzar la voz de este pueblo indígena ancestral, presente en distintos países africanos como Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Mauritania, Malí o Níger. Su arte no es solo creación: es memoria, es presente, es futuro. Es, en algunos casos de manera consciente, en otros inconsciente, una forma de resistencia.