¿Feliz 2023?
Con el fin del 2022 y el principio de un nuevo año, todos tenemos una excusa para buscar nuevos propósitos: hacer más deporte, leer más, dedicarle más tiempo a la familia, amigos o viajar. Que los vayas a cumplir, o no, ya es asunto tuyo. Lo que sí puedo decirte es que en Etiopía o Eritrea el 1 de enero de 2023 es un día más. Y en Marruecos, Níger o Sudán, a pesar de sentir más de cerca las tradiciones de Occidente, si siguen el calendario islámico, el año nuevo se celebró el pasado 28 de julio.
Como en el caso de la Navidad, el Año Nuevo está también vinculado a las creencias religiosas. Tanto es así, que sigue el mismo patrón. La mitad norte, mayoritariamente musulmana, sigue el calendario islámico, la mitad sur, de tradición cristiana, el gregoriano, mientras que el caso etíope vuelve a ser una excepción. Esta vez junto a Eritrea, ambos siguen el calendario copto, los únicos dentro del continente africano.
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1 de enero
Celebrar el Año Nuevo un 1 de enero es lo más habitual si miramos al mapa mundial, aunque en el caso africano, el continente está dividido.
El calendario gregoriano nación en 1585 de la mano del Papa Gregorio XIII. Hasta ese momento, la distribución mensual era distinta a la de ahora. Diciembre hacía referencia, etimológicamente, al décimo mes, así como noviembre al noveno o septiembre al séptimo. La leyenda de la antigua Roma cuenta el inicio del calendario se movió de marzo a enero, dando lugar al orden actual. Aunque 32 de los 55 países del continente, acuñen el 1 de enero como la festividad de Año Nuevo, hay algunas excepciones. El pueblo zulú, un grupo étnico africano con más de diez millones de personas en la provincia de KwaZulu-Natal en Sudáfrica, celebra el Año Nuevo durante la luna llena del mes de julio.
11 o 12 de septiembre
En Etiopía y Eritrea, la festividad, conocida como Enkutatash en amárico (lengua oficial de Etiopía) se celebra el primer día del mes de Meskerem, que coincide con 11 de septiembre del calendario gregoriano o el 12 de septiembre si es año bisiesto. Enkutatash significa ‘regalo de joyas’ y, según cuenta la tradición, la celebración toma origen a los tiempos de la reina de Saba. Tras la visita al rey Salomón en Jerusalén, la reina fue recibida en Etiopía con alegría y abundantes joyas que llenaron las arcas reales. El mes de Meskerem se entiende como un mes de transición del año viejo al nuevo. La fiesta también conmemora el final de la estación de lluvias, el triunfo del sol y el florecimiento de las margaritas meskel amarillas, que abundan en el país. En la víspera al Año Nuevo, los hombres encienden antorchas en sus hogares, y entrada la madrugada, se acercan a los arroyos más cercanos para lavarse el cuerpo como símbolo de purificación. La excepción de ambos países no solo queda ahí, sino que además son los únicos del mundo donde un año dura 13 meses. Allí rige el calendario de la iglesia ortodoxa copta, también llamado calendario Ge'ez, similar al calendario juliano que fue el antecesor del gregoriano.
Lo que diga la luna
23 de los 55 países de África celebran el año nuevo musulmán o Raas Assana, que conmemora la Hégira: el día en el que se creó la Ummah, es decir, el periodo en el que el Profeta Mahoma abandonó La Meca con el objetivo de viajar hacia Medina y fundar la comunidad musulmana. El calendario islámico comenzó en el 622 y actualmente, según el mismo, estamos en el año 1443. A pesar de que los países mayoritariamente islámicos se rigen en el día a día por el calendario gregoriano solar, el calendario lunar es clave para calcular las fechas de las fiestas religiosas. Se basa en los movimientos de la luna, lo que hace que la fecha de celebración del Año Nuevo sea distinta cada vez. En 2022 se celebró el 28 de julio y en 2023 será el 18 del mismo mes.