Erupción en Goma
Estaban avisados y al final ocurrió. El volcán Nyiragongo entró en erupción la noche del sábado. Situado a diez kilómetros de la ciudad de Goma, República Democrática del Congo, la lava provocó la huida de más de 8.000 personas a pie a la vecina Ruanda. Al menos 23 personas han muerto, dos de ellas quemadas en el distrito de Buhene y otras ocho por asifixia posterior. Además, 170 niños siguen desaparecidos. Sin embargo, la lava no llegó al centro de la ciudad por lo que afortunadamente no se llegó a la tragedia de 2002, fecha de la última erupción en la que 250 personas perdieron la vida y 120.000 vieron calcinados sus hogares.
El pasado 10 de mayo, un informe del Observatorio de Vulcanología de Goma (OVG) avisaba que la actividad sísmica había aumentado peligrosamente. Ya un año antes el mismo grupo había diagnosticado que la actividad era similar a la que precedió a las erupciones de 1997 y 2002. Investigadores calculaban que una gran erupción podría ocurrir entre 2024 y 2027, pero esta podría adelantarse y ser más peligrosa con un terremoto que, por el momento, no ha ocurrido.
La falta de fondos del OVG no ha permitido seguir desde el año pasado un seguimiento actualizado y minucioso de la actividad volcánica. El Banco Mundial rechazó renovar con un programa de 2 millones de dólares por cuatro años debido a un mal manejo de los fondos, según su equipo anti-corrupción. Los que más lo pagan son los vulcanólogos, que han tenido que ir con medidores manuales y recoger los datos con una tarjeta de memoria, a la antigua usanza. De momento, la peor de las catástrofes se ha evitado, pero la falta de fondos y la expansión de la ciudad hacia el parque de Virunga en el que está situado el volcán hacen temer que el Nyiragongo cause una tragedia mayor pronto.