Elecciones en Kenia: las alianzas y figuras clave
En 2007, Kenia descendió a los infiernos. Más de 1.200 muertos y 350.000 desplazados en violencia poselectoral dejaron al país al borde de la guerra civil, diezmado económicamente y con todos en shock. ¿Cómo podía ser que en uno de los países más estables, ancla en el siempre inestable Cuerno de África, pudiera estar pasando eso? Varios factores entraron, pero de fondo relució el conflicto étnico, inflamado en los meses previos por los candidatos políticos.
La política keniana desde la independencia se ha dividido en precarias y cambiantes alianzas étnicas entre las cinco principales comunidades étnicas del país que constituyen más de dos tercios del país. Los principales son los Kikuyu, con un 21%, y entre en aun 14% y 11% se encuentren otros cuatro grupos: los Luhya, Luo, Kalenjin y Kamba. Entre los pactos de sus líderes se han dimitido las elecciones, y así llegamos hasta hoy. Esta vez, ningún candidato Kikuyu es favorito, por lo que la posibilidad de violencia, habitualmente dirigida contra esta todopoderosa comunidad, disminuye, pero aún así es vital para entender todo. Hablemos de élites y etnias.
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En 2002, Uhuru Kenyatta es designado por Daniel arap Moi como candidato a la presidencia. El exdictador daba su apoyo en las elecciones al hijo de quien se lo había cedido a él, Jomo Kenyatta. Los Kenyatta son Kikuyu, mientras que Moi era Kalenjin. Un joven William Ruto, también Kalenjin y parte del apoyo de Moi en su última época, sigue a su jefe y da su apoyo a Kenyatta, que pierde contra el también Kikuyu, Mwai Kibaki. A este lo apoya a su vez Raila Odinga, pero pronto después de vencer se dividen.
Llegados a 2007, Ruto espera ser bendecido como candidato en lugar de Kenyatta, que ya había perdido, pero estos se apoyan en quién habían criticado hace cinco años, Mwai Kibaki. ¿Por qué? La amenaza de Odinga era real. Este es del oeste del país, de etnia Luo, y se debían unir. A Ruto no le hizo gracia y se pasó al bando de Odinga. Las elecciones, fraudulentas, acabaron con violencia poselectoral de la que Kenyatta y Ruto, enfrentados en segundas filas, fueron acusados ante la Corte Penal Internacional. Cinco años más tarde, acuciados por esas causas e intereses políticos, a ambos les conviene juntarse. De nuevo Odinga era favorito, pero contra todo pronóstico el voto Kikuyu-Kalenjin de Kenyatta-Ruto consigue vencer. Presidente y vicepresidente vencen y llegan a 2017 como pareja política de nuevo. Kenyatta vence por poco la reelección, pero la justicia anula las elecciones por irregularidades en un caso único tras la petición de Odinga, quien decide no presentarse a la repetición electoral alegando que no había cambios suficientes en la ley electoral. El miedo a revivir 2007 vuelve. Pocos días después de que Kenyatta venza sin oposición en la repetición electoral, boicoteada por Odinga, ambos salen de la mano. El handshake pone fin a la lucha entre Kenyatta y Odinga, pero anda mosca a Ruto. ¿Qué estarán planeando? Llegamos a 2022 y Kenyatta apoya ahora a Odinga, en contra de Ruto. Su retórica es clave: ellos también se merecen gobernar. Con eso se refiere a los Luo, etnia de Odinga tradicionalmente en la oposición, y lanza un dardo a Ruto, su vicepresidente de la Kalenjin, que ya gobernó durante décadas con Moi. Este, en cambio, les acusa de ser elitistas al ser hijos de dos de los padres de la independencia del país, también rivales, y gobernar por sus intereses. ¿Quién sabe qué puede pasar en 2027? Lo que está claro es que nada de lo que veamos en 2022 tendrá sentido. Dos figuras más en estas elecciones Para comprender estas elecciones uno debe entender también las figuras de Martha Karua y George Wajackoyah. Ambos explican dos partes nuevas importantes en la política. Por lado de la primera, el papel de la mujer en la política keniana. Por el del segundo, el desencanto de los jóvenes y la opción de un outsider. Aún así, en ambos pesa el factor étnico: Odinga llamó a Karua para ser su candidata a vicepresidenta al ser Kikuyu, gran caladero de votos y quienes tradicionalmente le habían opuesto, mientras que Wajackoyah es Luo y le ha dado su apoyo a Odinga en caso de que no le voten a él. Todo vuelve a lo mismo, aunque esta vez parece que haya indicaciones de que no sea un factor tan vital.
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