El triple olvido: mujer, africana y especializada en Enfermedades Tropicales Desatendidas
En ocasión del estreno del documental de Fundación Anesvad, entrevistamos a Gloria Dada y Lydia Mosi, dos de las científicas e investigadoras protagonistas.
Gloria Dada y Lydia Mosi cruzan varias miradas cómplices a lo largo de toda la mañana. En un momento, mientras que Lydia habla sobre su experiencia como mujer científica en la Universidad de Ghana, Gloria levanta el brazo. Con la otra mano, apunta su antebrazo. Se ha emocionado y tiene la piel de gallina. “No puedo evitarlo”, revela durante nuestra conversación. Ambas son protagonistas del documental Think Outside the Box de Fundación Anesvad que se estrena hoy 15 de mayo a las 19 h en la Sala Mitxelena Bizkaia Aretoa en Bilbao.
Las dos se habían reencontrado un día antes, pero parecía que llevaran juntas toda una vida. Al fondo, se cuela un ruido de obra. No importa. “Podemos hablar más alto, siempre lo hemos hecho”, bromea Lydia. La ghanesa es profesora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y parte del equipo administrativo del Centro de África Occidental para la biología celular de intercambio de patógenos de enfermedades infecciosas. Desde hace más de 15 años, trabaja como profesora e investigadora con Enfermedades Tropicales Desatendidas, sobre todo alrededor de la úlcera de buruli. “También soy una mujer casada y madre de tres niños fabulosos”, añade.
Gloria, en cambio, trabaja en el Departamento de Bioquímica de la Universidad Ahmadu Bello, Zaria, en Nigeria. Además, es miembro del equipo del Centro Africano para la Excelencia en Enfermedades Tropicales Desatendidas y Biotecnología Forense. Su investigación se ha centrado principalmente en la tripanosomiasis africana humana o enfermedad del sueño. Desde 2022, trabaja en el laboratorio del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III en Madrid, donde ha desarrollado sus estudios en torno a la leishmaniasis, una de las 20 Enfermedades Tropicales Desatendidas según la Organización Mundial de la Salud.
Ojalá nadie tenga que volver a preguntaros algo así… ¿En qué punto de vuestros recorridos educativos y profesionales os habéis sentido discriminadas por ser mujer?
Lydia Mosi - En 2009 me presenté a un programa postdoctoral que ofertó en mi instituto la Fundación Bill y Melinda Gates. Para entonces, estaba embarazada de mi primer hijo y me llamaron para una entrevista con cuatro hombres. Poco antes de terminar, uno de ellos me preguntó si era capaz de cumplir con las expectativas y los objetivos del puesto estando embarazada. “Mi embarazo no es una enfermedad. Debéis tener en cuenta mis capacidades como científica”, les contesté. Al final, no conseguí el trabajo a pesar de que fui la única que lo solicitó.
Mi realidad diaria es que al menos una vez a la semana tengo que explicar y justificar algo que he hecho desde el punto de vista procedimental o administrativo. Eso no pasa con los hombres.
Gloria Dada - El inicio de mi carrera no fue un reto. Ya sabes, como mujer, nacimos en un sistema patriarcal que básicamente perpetúa la desigualdad de género. La toma de decisiones está en manos de los hombres. Ahora que lo veo todo con retrospectiva, me doy cuenta de la toxicidad en la que he vivido estos últimos años. Como profesora asociada, debería de ser escuchada en las reuniones. La realidad es que, independientemente de la posición, los hombres lideran los círculos de poder y decisión. Sufro microagresiones y en algún momento he contemplado la posibilidad de renunciar a mi trabajo, pero cuando pienso en lo lejos que he llegado, olvido la idea del abandono.
Gloria, hasta trabajado en España, Alemania y en tu país, Nigeria, ¿dónde hace falta más trabajo?
Gloria Dada - Sin duda, en Nigeria. No solo por el retraso en materia de igualdad en comparación con los países occidentales, sino porque como africana y nigeriana debo de atajar el problema en mi país natal. Voy a hacer la ciencia mucho más agresiva con voces femeninas e intentaré, en la medida de lo posible, apoyar a las chicas jóvenes como mentora de referencia.
¿Qué porcentaje de hombres y de mujeres hay en vuestras universidades de origen?
Lydia Mosi - Cuando me incorporé a mi departamento en 2010, creo que la proporción era de un 70% de hombres y un 30% de mujeres. Actualmente, ya hablamos de un 45% de mujeres. Hemos vivido un aumento significativo del que estoy tremendamente orgullosa.
Gloria Dada - A nivel nacional, hay alrededor de un 13% de profesoras en el marco de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. En el caso de mi universidad, me atrevería a decir que solo hay un 20% de representación femenina. Hay algunas mujeres que tienen que elegir entre su vida profesional o formar una familia. La mayoría optan por la segunda opción.
Lydia Mosi - …O quieren hacer ambas cosas, pero no tienen las capacidades o recursos necesarios para ello. Tengo dos hijos y mientras que mis compañeros se quedan hasta las seis de la tarde en la oficina, yo tengo que salir a las tres para recogerlos de la escuela. Sacrifico horas de mi investigación por la conciliación familiar.
¿Y creéis que una mujer que elige no tener una familia y seguir adelante con su formación profesional es juzgada en lo social y en lo profesional?
Gloria Dada - ¿Un castigo social? Sin duda. Normalmente, se espera que cuando llegas a cierta edad te cases y tengas hijos. Nunca me han preguntado directamente por qué no he elegido ese camino, pero sí es una pregunta que tengo clavada en mi cabeza. De todas formas, si saliera a debate, prefiero no crear una confrontación y callarme. A veces, solo tenemos que callarnos.
¿El patriarcado en el mundo de la ciencia y la investigación os silencia?
Gloria Dada - Sí. El silencio viene con el contexto social y se supone que las mujeres deben de estar calladas: en el hogar, en las escuelas, en el lugar de trabajo, en las instituciones religiosas… La cultura del silencio en África está a otro nivel.
Lydia Mosi - Hablas menos, eres menos y haces menos… Y cuanto menos hagas, mejor eres. Si decides hablar, serás desacreditada.
¿Cómo podemos avanzar? Tenéis mensajes inspiradores llenos de empoderamiento, pero siento que estamos en el mismo punto…
Lydia Mosi - Nuestros legados no deben limitarse a: “Ella fue la primera en hacerlo, punto y aparte”. Debería continuar para inspirar a las siguientes generaciones.
¿Y entre el Norte y el Sur Global? ¿Qué hay de esa otra barrera, la de mujer africana?
Lydia Mosi - Yo creo que depende principalmente del grupo. Hay gente que no tiene ningún contexto y no aprecia ni entiende de dónde vienes ni cuáles son las dinámicas de nuestros países natales. Cuando estuve en Estados Unidos, mucha de la gente que conocí se extrañaba de verme ahí. Me preguntaban que cómo había llegado o por qué hablaba tan bien inglés. Por suerte, hay otros contextos en los que los científicos aprecian la profundidad de tu investigación. Ahí se dan cuentan de que tengo un cerebro que funciona.
Gloria Dada - Durante una de mis estancias en Alemania, mi trabajo en el laboratorio tuvo que ser reafirmado por otro estudiante. Un estudiante alemán blanco que tenía menos experiencia que yo. El problema en la discriminación entre el norte y el sur radica, principalmente, en la propia diferenciación entre regiones. Si nos ponen trabas para conseguir becas americanas o europeas, debemos de invertir en becas nigerianas o ghanesas. Hacer ciencia para nuestro propio país.
¿Participar en el documental de Fundación Anesvad es un éxito para vuestra carrera profesional?
Lydia Mosi - Siento que el trabajo duro ha merecido la pena y estoy contenta por esta oportunidad. Me siento bendecida e inspirada. Aun así, decidí hacer este documental para inspirar a otras personas y al resto de mujeres científicas que continúan haciéndose un hueco.
Gloria Dada - No se trata solo de promover que las mujeres hagan ciencia, sino también de reconocer nuestras contribuciones y capacidades. Grabar el documental fue una experiencia y una demostración de empoderamiento. Un acto fortalecedor. En los últimos años, me he relegado a hacer una ciencia silenciosa y a caminar detrás del blanco. Ahora, ya no se trata solo de llevar mi investigación a los responsables políticos, sino de que yo forme parte.