El sueño de Mr. Ake de llegar desde su estudio de Benín a la Bienal de Arte de Venecia
🇧🇯 Un reportaje de la ganadora del Premio a Mejor Periodista Junior de África Mundi, Martina Andrés, en su viaje a Benín.
🏆 Martina Andrés Galindo ganó el Premio a Mejor Periodista Junior de África Mundi y viajó a Benín con Rift Valley Expeditions. Este es uno de los reportajes que preparó desde el terreno.
Llueve a chorros en Cotonú y se escuchan sonidos de tormenta mientras cruzamos la calle de tierra roja encharcada para llegar a la puerta de Kpondéhou C. Jaurès Djima. El artista de Benín en su pequeño estudio en Tankpè se convierte en Mr. Ake, su nombre creativo, y nos recibe con una sonrisa y un apretón de manos. El edificio es bajo y las paredes grises. Al lado, casitas con techos de chapa como los del estudio reciben el agua que cae con fuerza.
Una pequeña sala diáfana en la que predomina la madera trabajada a mano –en la mesa, los bancos, los cuadros de las paredes– nos recibe mientras se escucha el chip chip de las gotas sobre el techo. Las risas y gritos de los niños que vuelven del colegio en sus uniformes color caqui lo inundan todo. Vuelven en chanclas, sin chubasqueros y desenfadados, como si no estuviera cayendo la de dios, para comer en sus casas y luego volver a entrar a la escuela por la tarde. La lluvia ralentiza la actividad de la ciudad, pero no la frena, igual que Mr. Ake no cesa en su empeño de dar a conocer su arte.
Usando los hashtags #art y #Benin en Tiktok, cualquiera puede acercarse a los vídeos que el artista multidisciplinar comparte trabajando en sus creaciones. Van desde cuadros u otras piezas más simbólicas y abstractas trabajadas en madera, hasta cosas más prácticas como estanterías o bancos hechos a mano.
Tras haberlas visto desde España y conversar un poco por mensajes de texto, ahora estamos aquí, cara a cara, en un lugar en el que confluyen el arte, el diseño, la arquitectura y la ingeniería. Y todos los sueños de Mr. Ake.

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Familia de griots
Mr. Ake nació en 1994 en Cotonou en el seno de una familia de griots originarios de Abomey donde entre el naranja de sus caminos todavía se pueden ver algunos de los palacios de los reyes del poderoso reino de Dahomey, estado precolonial de África Occidental. Los griots contaban historias a través de la palabra y Mr. Ake lo hace a través de sus piezas, que esconden entre sus vértices y artistas una filosofía artística concisa y consciente que lo impulsa cada día a seguir.
“Amo crear. Al principio, pensé en ser arquitecto, pero mi familia no quería. Demasiada confusión respecto al futuro, no es un campo en el que haya mucho trabajo”, explica. “Mi inspiración es la cotidianidad de todos los días, la vida corriente, los éxitos y los fracasos de las personas. Lo miro todo. Todo lo que concierne al ser humano”.
Con esa mirada atenta fue con la que comenzó a formarse: Mr. Ake es autodidacta, el trabajo que hace con sus manos lo ha aprendido a base de libros, vídeos de YouTube, clases en internet y practicando por su cuenta. Probar una y otra vez. Ensayo y error. Hasta que su marca se convirtió en una realidad.
Mr. Ake se graduó en 2012 como el mejor de su promoción con un Bachillerato y un Diploma Técnico Industrial (DTI) en Electricidad; y más adelante obtuvo un diploma de Técnico Superior en Informática Industrial y Mantenimiento en el Instituto Superior de Gestión Adonaï. Por razones económicas, tuvo que dejar sus estudios universitarios y ponerse a trabajar como técnico, sin perder de vista su objetivo inicial: convertirse en un actor artístico en la construcción sostenible y la realización de monumentos culturales a nivel nacional e internacional y contribuir así al desarrollo de su país -y también de África-.
El estudio de Mr. Ake nació a finales de 2019 gracias a los ahorros personales del artista. Parte de ellos los consiguió trabajando en la empresa francesa de construcción Sogea Satom, una filial del grupo Vinci Construction y también con la ayuda de su esposa, Folachadé Marie Donatienne Fagbohoun, promotora de la marca de zumos de frutas naturales Esowa que. Como él mismo relata, ella le apoya y acompaña en su andadura artística.
Dejar todo por el arte
A principios de este año, prueba de su renovación e innovación constantes, Kpondéhou cambió el nombre de su taller a Atelier Kpondéhou Djima. “He dejado todo para concentrarme en mi arte. Cuando estás disperso no te concentras igual”, recalca.
Tras iniciarse en los procesos de transformación y realce de materiales como el hierro, la madera, el aluminio, el vidrio, la piedra, el plástico, la arcilla, la pintura o el yeso, se dio cuenta de que la madera le llamaba con fuerza.
“Ensamblador de lo inasible”, en sus propias palabras, Mr. Ake se define hoy como un creador multidisciplinar de objetos y obras de arte útiles para el desarrollo en la vida del mayor número de personas posible, centrándose en mejorar las condiciones de vida de las comunidades para crear entornos prósperos y sostenibles. Su arte va más allá de la belleza.
Su práctica está influida por el minimalismo: Mr. Ake explora la simplificación de las formas para revelar así sus expresiones elementales, se centra en la repetición de figuras geométricas sencillas para resaltar la originalidad en la creación de sus obras, creando así un lenguaje visual universal “para que el espectador pueda centrarse en el objeto en sí antes de considerar el significado oculto tras la obra”, explica.
El artista no ha encontrado todavía su público, pero no pierde la esperanza de abrirse pronto un hueco en el “círculo muy cerrado” del mercado del arte de Cotonú: “Trabajo mucho y sé que un día alguien me pondrá en el círculo. Por eso sigo siempre con ánimo, algún día podré saltar al panorama internacional”.
Papel del gobierno
Esta perspectiva ilusionante también viene propiciada por los esfuerzos que Mr. Ake observa por parte del gobierno beninés, encabezado por el presidente, Patrice Talon, por recuperar y poner en valor el arte y el patrimonio de Benín.
La construcción en 2022 de la “estatua de la amazonas” en Cotonú, sobre la reina Tassi Hanbgé en Benin, busca rememorar a las agojie, el cuerpo de mujeres guerreras que servía al Reino de Dahomeydurante los siglos XVIII y XIX-. A ello además se suma la promoción del Festival del Vudú: Benín es la cuna de esta religión que va mucho más allá de la visión occidental del muñeco al que se le clavan agujas para infligir daño a alguien y el gobierno la celebra en la ciudad beninesa de Ouidah a principios de enero. Por último está la iniciativa de Benín de pedir de vuelta obras precoloniales robadas en la época colonial por Francia. En 2021, Emmanuel Macron devolvió 26 piezas robadas por colonos franceses.
Talon lleva impulsando desde 2021 el programa Bénin Révélé, en el que se incluyen acciones para promocionar sitios históricos del país como los palacios reales de Abomey o lugares como Ouidah, ciudad conocida por su vinculación con la trata de esclavos. Esas acciones son visibles en la cantidad de edificios y carreteras en reforma y construcción que se observan en cada tramo recorrido por el sur del país africano.
El impulso al arte del país se ha visto reflejado en la llegada por primera vez a la Bienal de Venecia. La presencia de sus compatriotas, como el artista y fotógrafo multidisciplinar beninés Ishola Akpo o el escultor yoruba Romuald Hazoumè impulsa a Mr. Ake a soñar con expandir sus horizontes. Benín ha participado por primera vez en 2024 en este importante encuentro artístico con el trabajo Everything Precious Is Fragile, un canto a la espiritualidad comisariado por el conservador de arte nigeriano Azu Nwagbogu y en el que participan Akpo y Hazoumè, junto a Chloé Quenum y Moufouli Bello.
Igual que a su tierra le ha llegado el momento este año en Venecia, Mr. Ake está convencido de que, con trabajo duro, a él le sucederá lo mismo algún día: “La vida es una cuestión de tiempo, todos estamos en movimiento y hay pasos para cada uno. Yo sé que algún día todo saldrá. Esa es mi inspiración”.