De Lesoto a Kenia: África no escapa a los nuevos aranceles de Trump
🇺🇸 La región septentrional y los países insulares son los más afectados por los nuevos aranceles de Trump, en especial, Lesoto, Madagascar y Mauricio.
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El Día de la Liberación ha llegado. Donald Trump ha cumplido su promesa y ha dado inicio a una guerra comercial a escala global anunciando un aumento general de aranceles a la importación de productos del resto del mundo. África no es la excepción, y en mayor o menor medida, todas las economías africanas deberán hacer frente al incremento de aranceles decretados por la nueva Administración estadounidense.
Las nuevas medidas incluyen, por un lado, una tarifa base universal del 10% para todas las importaciones estadounidenses que entrará en vigor el próximo lunes 5 de abril; y cuatro días más tarde, el 9 de abril, se activarán las tarifas recíprocas destinadas a países que más gravan los productos estadounidenses. Los aranceles son aditivos, es decir: las importaciones estarán sujetas a ese 10% de base y se sumarán los gravámenes más elevados, incluyendo tanto barreras comerciales como manipulación de divisas.
Según la Casa Blanca, las tasas arancelarias que se han aplicado a cada país responde al propósito de equilibrar los déficits comerciales bilaterales entre Estados Unidos y cada uno de sus socios y suponen la mitad de los que estos países cobran a las importaciones estadounidenses.
Sin embargo, los aranceles no son una medida económica, también forman parte de una disputa geopolítica más amplia que pretende premiar a aliados y castigar a rivales. El propio Trump ha explicado que los aranceles recíprocos son para “países que nos han tratado mal (a Estados Unidos)”.
Sudáfrica y los BRICS
En ese grupo de países que “tratan mal” a Estados Unidos, la nueva Administración ha colocado a Sudáfrica. Los posicionamientos de Sudáfrica en la disputa global, su oposición a Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y su cercanía con Rusia y China en el marco de los BRICS, situaban a Pretoria entre los grandes damnificados por el retorno de Trump, unos pronósticos que se han cumplido sumando nuevos frentes.
El presidente estadounidense, espoleado por su socio Elon Musk, ha iniciado un enfrentamiento público contra Sudáfrica, llegando incluso a calificar las políticas del gobierno de Cyril Ramaphosa, en especial la ley de expropiación de tierras, como un genocidio contra la minoría blanca. En este contexto, considerando además la pertenencia de Sudáfrica a al grupo de los BRICS, a quienes Trump llegó a amenazar con aranceles del 100%, el 30% de aranceles recíprocos decretados (mismo que se ha aplicado para Argelia) parecen un mal menor.
Sin embargo, Pretoria ha sido afectado ya por otras medidas proteccionistas y recortes en la ayuda exterior estadounidense que afectan a varios sectores, incluida la industria automovilística sudafricana, uno de los pilares de las exportaciones a Estados Unidos, la cual estará sometida a un arancel del 25% que ya Washington impuso hace unos días.
En el lado contrario a Sudáfrica se encuentra aquellos países que podrían considerarse aliados políticos o ideológicos de Estados Unidos. En la lógica de premio y castigo de Trump, las exportaciones de Kenia, Ghana, Etiopía, Tanzania, Uganda, Senegal y Liberia se limitan al arancel base del 10%. Cabe señalar que Etiopía forma parte de los BRICS y Uganda se sumó al bloque como socio a finales de 2024. Otro de los países que ha entrado en la órbita de los BRICS es Nigeria, que enfrentará aranceles del 14%.
Economías pequeñas, aranceles altos
Si bien en África la mayoría de países optan por una política aperturista basada en las buenas relaciones con todos los socios, en la disputa geopolítica hay países africanos claramente alineados con el Kremlin y opuestos a la influencia occidental. En ese sentido, y de forma sorprendente, la peor parte no se la han llevado los socios de Rusia (las juntas del Sahel, Mali, Burkina Faso y Níger, República Centroafricana o Sudán del Sur, no figuran en la lista aportada por la Casa Blanca) ni Sudáfrica.
La región septentrional y los países insulares son los más afectados por los nuevos aranceles de Trump. Lesoto (50%), Madagascar (47%) y Mauricio (40%) conforman el podio de países golpeados por las nuevas tarifas recíprocas a las exportaciones, ya que gravan los productos estadounidenses al 100%.
Botsuana y Angola, 37% y 32% son otros de los perdedores en la guerra comercial, Namibia y Costa de Marfil verán sus exportaciones sujetas al 21%, algo menos que el 28% que se aplicará a las ventas tunecinas y por encima de los aranceles impuestos a Zimbabue (18%); Zambia (17%) y Malawi (17%).
El principio del fin de AGOA
Este aumento de los aranceles llega en un momento de adaptación de muchos países africanos al nuevo contexto y a las consecuencias de las políticas de Trump para el continente. Hace apenas unos días, el Departamento de Estado confirmó al Congreso estadounidense el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) cuyos programas suponían un cuarto de los fondos destinados a la ayuda al desarrollo provocando ya dificultades en muchos países y comprometiendo la lucha contra enfermedades, como el VIH y la malaria.
En clave comercial, los aranceles recíprocos, aquellos de mayor valor, vienen a confirmar el fin de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), ya que son contrarios al propósito de la misma. AGOA establece un marco de aranceles libres del que muchos países se han beneficiado para exportar sus productos al mercado estadounidense. La entrada en vigor de los aranceles supone, de facto, la confirmación de que el plan no será renovado en septiembre, fecha en la que expira la legislación vigente.
Todo ello implica una retirada diplomática y económica casi total de Estados Unidos de África en una lógica de repliegue global impulsado por Trump. Por su parte, los países africanos hace tiempo que tienen a China como socio comercial preferente y cada vez más apuestan por abrirse a nuevos socios en Oriente Medio o Asia, como Turquía Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos o India, quienes han visto en la retirada estadounidense una puerta abierta a expandir su influencia en un continente repleto de riquezas y oportunidades de futuro.