Aminata Touré: "No necesitamos que nadie más nos diga lo que debemos hacer con otros socios"
🇸🇳 La ex primera ministra senegalesa quiere seguir “fortaleciendo” la antigua relación de África con China, pero reivindica la política de vinculación con todos los actores internacionales posibles.

Aminata Touré (Dakar, 1962) prolonga la palabra larga –“laaaarga”– cuando se refiere al origen de las relaciones entre África y China. Y es que el gigante asiático “ayudó” a numerosos movimientos de liberación africanos en plena descolonización. Touré, que se convirtió en la segunda Primera Ministra de la historia de Senegal unos días antes de que el presidente de China, Xi Jinping, anunciara en 2013 la Iniciativa de la Franja y la Ruta, dice que la intención es “seguir fortaleciendo” esa antigua amistad.
La exprimera ministra habla desde un sexto piso del hotel Eurostars Madrid Tower, donde se celebró el pasado 11 y 12 de diciembre el Foro Imperial Springs Forum (ISIF 2024). Este, que buscaba fomentar las relaciones entre la comunidad internacional y el gigante asiático, fue coorganizado por el Club de Madrid y celebrado por primera vez fuera de China.
Touré es hoy Alta Representante del gobierno senegalés y aprovecha un descanso de la cita para charlar sobre todo: del Sahel, de migración, de industrialización, de la nueva zona de libre comercio africana, de juventud, de mujeres en el poder, de la relación con España y del resto de países. No solo con China, sino que reivindica poder relacionarse con todos los actores internacionales posibles, sin distanciarse de Francia. Quieren “diversificar sus socios”: son “amigos de todos y enemigos de nadie”.
Eso sí, ahora las cosas han cambiado: “Hago un llamamiento a nuestros antiguos socios para que comprendan que hay un cambio en la mentalidad de los nuevos dirigentes africanos, y deben reconocerlo y aceptarlo tal como es”. Todo esto en un contexto en el que el continente más joven y el segundo más poblado es “el lugar al que ir”, pues para Touré se va a convertir “en la próxima frontera para la inversión internacional”.
Este foro busca fomentar las relaciones de China con la comunidad internacional, ¿cómo cree que la relación entre los países africanos y los actores chinos ha evolucionado en la última década?
La relación entre China y África es una relación antigua. China ha ayudado en el camino a numerosos movimientos de liberación en África cuando estaban luchando por deshacerse de la colonización. En 1971, gracias al voto de los países africanos, China recuperó el asiento que perteneció al Partido Nacionalista Chino (KMT). En 2013, el presidente [chino] Xi Jinping lanzó la Iniciativa de la Franja y la Ruta para recordar la Ruta de la Seda, el comercio que se produjo en el pasado entre China y la costa oriental de África. Y lo que esperamos es fortalecerla. China ha pasado a ser el primer socio económico de África. Y esperamos que, como China tiene un pasado de colonización y ha sido un país colonizado y oprimido, también puedan entender de dónde venimos los africanos. Queremos tener una relación de beneficio mutuo. En el pasado no pudimos conseguirlo con muchos de nuestros socios. Y esperamos desarrollar una relación que apoye la industrialización de África. Estas son nuestras ambiciones: una relación en la que todos salgamos ganando.
Algunas voces en Occidente acusan a China de emplear la trampa de la deuda y actuar como un extractor de recursos. ¿Qué piensa sobre esto?
Les pedimos a nuestros diferentes amigos que nos dejen hablar en nuestro nombre. Podemos hablar por nosotros mismos. No necesitamos que nadie más nos diga lo que debemos hacer con otros socios. Porque tenemos una deuda con Occidente que, de todos modos, no ha conducido al desarrollo. Así que no creo que estén en buen lugar para dar consejos en ese frente. Queremos gestionar nuestra deuda de la mejor manera posible para evitar precisamente la trampa de la deuda. Pero también debemos reconocer que China tiene mucha más liquidez, monetariamente hablando, que Europa.
Al mismo tiempo, nos gustaría construir una asociación mutuamente beneficiosa basada en los intereses de China, pero también en los nuestros. Nuestro interés particular es la industrialización, pero también la transferencia de tecnología. Creemos que podemos mantener un debate que tenga en cuenta ambos intereses, porque China también quiere hacer negocios con África, ya que África tiene mucho que ofrecer. Pero a nosotros también nos gustaría desarrollar nuestras propias industrias, nuestro propio sector privado, para poder encontrarnos a medio camino. Eso es lo que yo llamo una situación de beneficio mutuo al hacer negocios con China y el resto del mundo.
Parece que la mayoría de los países africanos intentan relacionarse con todos los actores internacionales posibles. ¿Es eso posible en el panorama mundial actual?
Sí, así es. Requiere una buena diplomacia y ser sabio. Eso es lo que los países africanos estamos haciendo, especialmente con el nuevo liderazgo que está surgiendo en África. En Senegal, hace ocho meses, los votantes senegaleses eligieron al presidente africano más joven, el presidente Bassirou Diomaye Faye. Tiene sólo 44 años y una visión diferente a la de sus predecesores. Vamos a trabajar mucho más en nuestra soberanía, en la diversificación de nuestros socios. Somos amigos de todos. No somos enemigos de nadie. Y sólo nos interesan nuestros propios intereses. Hago un llamamiento a nuestros antiguos socios para que comprendan que hay un cambio en la mentalidad de los nuevos dirigentes africanos, y deben reconocerlo y aceptarlo tal como es.
Usted fue primera ministra durante el gobierno de Macky Sall hace una década. Si pudiera cambiar algo de su etapa en el gobierno, ¿qué sería?
Deberíamos haber prestado más atención a la industrialización, definitivamente. No avanzamos en ese sentido. Y nos gustaría hacerlo con socios que entiendan que, en lugar de limitarnos a importar bienes del extranjero, deberíamos dedicar energía, tiempo y dinero a construir nuestra industria de abajo a arriba. También tenemos la oportunidad de la nueva zona franca económica: el AfCFTA (por sus siglas en inglés). Pero queremos que no esté abierto como un supermercado.
¿Y cuáles son los obstáculos para esa industrialización, al menos en Senegal?
Bueno, eso es financiación. Ahí es donde necesitamos tener buenos socios. Pero al mismo tiempo la gran zona de libre comercio africana la vemos también como un potencial para atraer inversores. Así que creo que África va a ser la próxima frontera para la inversión internacional. Si eres, digamos, una empresa española especializada en la construcción de carreteras y autopistas, ¿dónde vas a construir carreteras en Europa? Ya habéis construido todo. Así que África es el lugar adecuado para ir.
Se distanció del presidente Sall por querer ser candidato a un tercer mandato. ¿Le decepcionó su ambivalencia con los principios democráticos?
Sí. Cuando fue elegido en 2012, se oponía a que el presidente [Abdoulaye] Wade intentara un tercer mandato. Así que 12 años después, él quería hacer lo mismo, lo que es bastante sorprendente, pero supongo que el poder se volvió una adicción adicto para él. Así que tuvimos que separarnos, porque yo defiendo el principio de la democracia y la Constitución. Al final nos impusimos a él porque el pueblo senegalés eligió al presidente Diomaye Faye. Es la primera vez en la historia de Senegal que un opositor es elegido desde la primera vuelta. Lo que significa que los senegaleses dejaron muy claro que querían consolidar y reforzar su sistema democrático. Así que es una bonita victoria de la democracia.
¿Y cuál es su opinión del nuevo gobierno, del Presidente Faye y del Primer Ministro Sonko?
Trabajamos juntos, y yo soy Alta Representante del presidente Bassirou Diomaye Faye. Sin duda tienen ambiciones que yo también comparto de una África diferente, una África que luchará por su soberanía, que se impondrá en la escena internacional, que defenderá sus intereses. Eso es quizá lo que los predecesores no hicieron lo suficiente. Y fuimos elegidos ahora [el pasado noviembre] en el parlamento: de 165 parlamentarios, obtuvimos 130, así que fue una victoria aplastante. Ahora, nuestro nuevo régimen tiene todas las herramientas para trabajar y hacer avanzar al país. Soy muy optimista respecto al futuro de Senegal.
El Presidente Faye anunció el cierre de la base militar francesa de Dakar. Chad cortó sus lazos con Francia. ¿Cree que distanciarse de Francia es un error?
No, no es una distancia de Francia. Es el estado normal de las cosas. En un país soberano, ¿por qué hay tropas extranjeras? ¿Vería tropas extranjeras en Madrid o en España, en general? No. Eso no significa que vayamos a tener ningún enfrentamiento con nadie, pero nuestro propio ejército debe defender nuestro propio suelo. Aun así, seguiremos colaborando en todos los términos, economía y defensa; y con Francia, con Estados Unidos, con Alemania, con China, con todo el mundo. Pero las bases militares eran cosas del pasado. Así que ahora hablamos de una África moderna, una África joven.
¿Y qué rol cree que debería asumir ahora Francia y la Unión Europea?
No lo sé. No tengo ni idea de lo que va a pasar, pero bueno, estoy esperando a ver cómo evolucionan las cosas. Tenemos una vieja relación con Francia, y con España. Tenemos muchos migrantes senegaleses aquí en España, la mayoría de ellos migrantes legales, por cierto, que contribuyen a la economía española y envían remesas a Senegal.
Habla del número cada vez mayor de jóvenes senegaleses que migran a las Islas Canarias en busca de un futuro mejor. ¿Cómo ve esta pérdida de talento? ¿Le preocupa?
Cuando hablamos de migración también tenemos que hablar de números. Los africanos son los que menos emigran en Europa. Creo que hay que aportar las cifras. Por supuesto, pueden reconocernos porque, ya saben, se nota [se ríe]... por la diferencia de color. Pero somos los que menos migramos. La mayoría de los africanos migran dentro de África. Una parte muy pequeña viene a Europa. Por supuesto, nuestros corazones sangran cuando vemos lo que pasa: los barcos que se hunden en el océano. Pero también, si lo analizamos, es un número pequeño dentro de todo el esquema de inmigración y eso también hay que reconocrerlo porque lo que dice la extrema derecha en Europa no se ajusta a la realidad.
España presentó recientemente su Estrategia España-África para los próximos tres años que enfatiza en un mayor compromiso con África Occidental. ¿Cómo cree que ha progresado la relación de Senegal con España?
Creo que podemos avanzar aún más, en diferentes ámbitos. Podemos ver cómo trabajar en modernizar la agricultura. Tenemos algunos inversores españoles en el campo en Senegal, ya invierten allí y están exportando a España. Pero podemos ir más allá y ver cómo podemos exportar nosotros mismos a España. Y en el ámbito de la cultura. Hace no mucho inauguramos el Instituto Cervantes en Senegal. Tenemos un vínculo que construir juntos y soy bastante optimista de que seremos capaces de hacerlo.
¿Qué importancia tiene la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA, por sus siglas en inglés) para el desarrollo de la región?
Es muy importante porque es un mercado de 1.300 millones de personas. A todo el mundo le gustaría tener un mercado tan grande. Por eso nos gustaría aumentar los ingresos de nuestra población y así poder seguir apoyando al sector privado, que a cambio puede crear más puestos de trabajo y aumentar el nivel de vida. La llamamos zona franca, pero también tenemos que controlarla. No queremos que sea un supermercado abierto para cualquiera y que las empresas africanas no se beneficien primero. La AfCFTA debe beneficiar en primer lugar al sector africano, al sector privado sobre todo. África lo que realmente busca son asociaciones que nos beneficien. Así que aquellos que estén dispuestos a crear este tipo de asociaciones serán siempre bienvenidos. Las prácticas del pasado ya no están de moda.
Usted habló antes de “unidad”. ¿Afecta a este mercado la posible desintegración de la CEDEAO?
Por supuesto. En la CEDEAO también debemos reconocer que tenemos algunos retos. En algunos países, la seguridad es un reto. Expreso mi solidaridad con nuestro país hermano de Mali, por ejemplo, que lucha contra el terrorismo, así como con Burkina Faso y Níger. Esto es un problema y una limitación, pero tenemos que unirnos. También abogo por una fuerza de África Occidental que apoye a cada uno de los países en su lucha contra estos combatientes no convencionales llamados terroristas.
Es una limitación, pero al mismo tiempo es una oportunidad. Uno de los grandes proyectos que realmente me gustaría ver en marcha es el eco, una nueva moneda. Porque en estos momentos estamos bajo el [franco] CFA, que está vinculado a Francia, que está vinculado a Europa. Garantiza la estabilidad de la moneda, pero no nos da la flexibilidad que queremos. A veces hay que bajar la moneda para ser más competitivos, pero no podemos hacerlo. Los países de África Occidental firmamos la creación del eco. Hace tres o cuatro años debería haber empezado. Ahora es el momento de acelerar el proceso.
Desde que usted dejó el cargo, el Sahel se ha convertido en un foco de atención en el contexto internacional conocido por el yihadismo y la inestabilidad. ¿Le preocupa que esta inestabilidad pueda extenderse aún más a la región occidental?
Bueno, no lo esperamos. Deseamos que Mali, Níger y Burkina Faso sean resilientes y estabilicen su país. También necesitamos construir una fuerza en África Occidental que apoye a esos países. Y debería convertirse en una preocupación africana. Pero realmente creo que tenemos que reforzar la solidaridad hacia aquellos países que están lidiando con el fenómeno del terrorismo que surgió a raíz del colapso de Libia [en 2011].
¿Y cree que todos estos acontecimientos en el Sahel crean una falsa imagen en la gente sobre lo que ocurre en esta región?
Por supuesto. Porque, como reza un dicho en francés, a los medios no les interesan los trenes que llegan a su hora. Sólo les interesan los trenes que llegan tarde. Así que creo que la situación en el Sahel es, por supuesto, preocupante. Pero no debemos reducir lo que ocurre en África Occidental a la situación del Sahel. Es una parte del Sahel, no todo. Y es una preocupación, sin duda, pero no representa en absoluto toda la realidad de África.
Usted fue la segunda mujer en ocupar el cargo de Primera Ministra en Senegal. Tanzania tiene una presidenta y Namibia acaba de elegir una. ¿Están las mujeres africanas cada vez más cerca de alcanzar puestos de poder?
Sí, sí. Tenemos más mujeres en el Parlamento que aquí en España, o en Francia, o en Alemania, porque más del 42% del Parlamento [senegalés] está formado por mujeres gracias a la ley de paridad de género. Es una ley por la que lucharon las mujeres para todos los cargos electos. Ahora tenemos que luchar por los cargos designados, porque cuando se trata de estos, incluso en el gobierno, la brecha es demasiado grande. Aunque formo parte del régimen, pido ahora a los dirigentes que reequilibren y nombren y designen a muchas más mujeres. Pero las mujeres también tienen que presentarse, tienen que ser proactivas, formar parte de los partidos políticos, porque nada viene dado: hay que luchar por ello.
Además, ¿es el momento de los líderes jóvenes? Dado que Faye se ha convertido en el presidente más joven del continente más joven, ¿cree que se está produciendo un cambio?
Sí, absolutamente. Creo que los jóvenes se están dando cuenta de que son la fuerza impulsora. Pero, al mismo tiempo, también tenemos que darles la capacidad de participar en el desarrollo del país, lo que significa formarles para que contribuyan eficazmente, porque el desarrollo no es sólo cuestión de elecciones. Así que espero que nuestros gobiernos, no sólo en Senegal, sino en toda África, hagan más inversiones estratégicas en la juventud. Si tomamos a las mujeres y a los jóvenes, constituyen el 80% del electorado. Así que también necesitan tener una alianza estratégica para ser eficaces, las mujeres y los jóvenes. Y así podrán presionar al gobierno para que se les reconozca más y se les dé más espacio en la gobernanza, pero también en el presupuesto y en la sociedad.