Alto al fuego en Tigray tras el asesinato de 3 humanitarios
Casi ocho meses después, la guerra de Tigray parece que empieza a llegar a su fin. El gobierno nacional de Abiy Ahmed ha declarado el alto al fuego unilateral y retirado las tropas del Ejército de la región este lunes. Incapaz de vencer en lo que se había convertido en una guerra de guerrillas contra el Frente de Liberación Popular de Tigray, Ahmed da marcha atrás. Los motivos son varios.
Primero, la repercusión de los eventos de esta semana han dañado todavía más la imagen de Ahmed. El pasado lunes, el gobierno nacional bombardeó el mercado de la ciudad de Togoga, que dejó al menos 60 muertos y 40 heridos. Más tarde la misma semana, Médicos Sin Fronteras anunció el asesinato de tres de sus trabajadores cuando se dirigían a la ciudad de Abi Adi, a 90 kilómetros de la capital regional, Mekele. Eran la española María Hernández, coordinadora de emergencia y dos etíopes, su asistente Yohannes Halefom Reda y el conductor, Tedros Gebremariam Gebremichael. Por la tarde del jueves perdieron su pista. A la mañana siguiente encontraron sus cuerpos a escasos metros de su coche. No se sabe a ciencia cierta quién está detrás, pero tanto el gobierno nacional como el FLPT acusan uno a otro.
Los eventos de esta semana han acabado por convencer a Ahmed de que tiene más que perder que ganar en una guerra con que ha provocado que 900.000 personas estén en situación de hambruna y le ha quitado todo su rédito internacional como pacificador. A punto de ser oficiales los resultados de las elecciones generales, Ahmed busca dar carpetazo a este lado oscuro y comenzar con buen pie su nuevo mandato, defendiendo su visión unitaria. A Ahmed también la situación puede haberle sido suficiente para retirarse: muchos ciudadanos de etnia amhara han ocupado las casas de aquellos tigriña que han huido. En línea con el gobierno, estos pueden quitar poder territorial a los tigriña y a su vez favorecer que en las elecciones generales, aplazadas en la región por la violencia, pueda Ahmed soñar con vencer en la región, una victoria que le serviría para legitimar su modelo.