África y la niñez en los conflictos armados
🪖 En 2024, más de 18.000 violaciones graves contra niños fueron documentadas solo en diez países africanos.
En 2024, África concentró la mayor parte de las violaciones graves documentadas contra niños en contextos de conflicto armado a nivel global. Según el informe anual del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Niños y Conflictos Armados, al menos 10 países africanos presentan un patrón sostenido de vulneración sistemática de los derechos de niñas y niños, especialmente en zonas de guerra prolongada o insurgencias violentas. Estas violaciones incluyen desde el reclutamiento forzado hasta la violencia sexual, asesinatos, secuestros y ataques contra escuelas u hospitales.
El impacto humano de estas violaciones es devastador. En algunos casos, niños y niñas son secuestrados y obligados a combatir, mientras que otros son víctimas de abusos sexuales sistemáticos, quedan mutilados por artefactos explosivos o mueren en ataques a sus escuelas. También se ha documentado la instrumentalización de menores en tareas de inteligencia, como escudos humanos o en puestos de control militar.
La República Centroafricana, por ejemplo, documentó más de 700 casos de reclutamiento de menores en 2024, además de asesinatos, secuestros, violencia sexual y ataques contra servicios esenciales como hospitales. La situación se repite con cifras similares en Nigeria, Somalia o Sudán del Sur.
Una de las violaciones más preocupantes es el ataque deliberado o sistemático contra escuelas, hospitales y personal humanitario. En países como Malí, Sudán y Mozambique (concretamente en la zona de Cabo Delgado), se han verificado decenas de incidentes donde las escuelas fueron saqueadas o convertidas en bases militares. Esta situación no solo pone en riesgo directo a los menores, sino que además interrumpe su acceso a derechos fundamentales como la educación y la salud.
Las violaciones contra niños en África no son responsabilidad exclusiva de grupos insurgentes. Los actores implicados incluyen:
Grupos armados no estatales: Boko Haram (JAS), Estado Islámico (ISWAP, ISGS), Al-Shabab, ex-Séléka, Anti-Balaka, JNIM, entre otros.
Fuerzas de seguridad estatales: En varios países (Sudán, RDC, Nigeria, Burkina Faso), el informe documenta violaciones cometidas por fuerzas armadas oficiales o milicias aliadas.
Fuerzas internacionales: En algunos contextos, el informe ha mencionado el uso indebido de instalaciones escolares por parte de fuerzas internacionales o regionales.
Esta diversidad de actores evidencia la complejidad del conflicto y la dificultad para implementar mecanismos eficaces de protección a la infancia.