África literalmente se está partiendo en dos, pero ni es por Marruecos ni es uniforme
🇲🇦 El terremoto en Marruecos ha recordado que las placas tectónicas están activas en el continente. Este se dividirá en dos, pero por el este a lo largo de la placa Nubia y la Somalí.
Hola, amigo. El terremoto de Marruecos ha sido un desastre. El país aún está intentando recuperarse del trágico momento, removiendo escombros. Esta catástrofe humanitaria nos ha recordado que la tierra se mueve debajo de nuestros pies, aunque no lo notemos. Muchos han apuntado a lo raro que el epicentro fuese en el Atlas, al no ser el punto de división de las placas tectónicas Africana y Euroasiática, más al norte en la frontera del Mediterráneo.
Nos parece curioso como se ha hablado de la placa Africana como una sola, cuando no es así. La frontera norte no es la única donde hay dos placas tectónicas en contacto. En el este hay un punto donde hay hasta tres: la Árabe, la Nubia Africana (conocida por todos como la Africana) y la gran olvidada: la Somalí.
Sí, África tiene dos placas tectónicas y sí, estas se están separando más rápido de lo esperado, lo que significa que el continente efectivamente se partirá en dos. En términos humanos, aún queda, tranquilo, que no lo vivirás. En geológicos, tampoco es tanto. Te contamos por dónde se parte y qué consecuencias tendrá, con el peligro sísmico en partes del centro, este y sur de África.
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El 18 de marzo de 2018, la tierra se abrió en Kenia. Una enorme grieta empezó a aparecer en el condado de Narok, a escasos kilómetros de la capital, Nairobi, cortando la autovía. Con los días, empezó a aumentar a lo largo y ancho: 20 metros de anchura, 15 de profundidad y varios kilómetros de longitud.
Tras varios meses de lluvias intensas, literalmente la tierra se partió en dos, avisando de un proceso que solo irá en aumento y acabará provocando lo que muchos kenianos temían: la división de su país. A ver, para calmar a esas personas se ha de decir dos cosas: no solo será su preciada Kenia la que se partirá, sino todo el continente. Y sobre todo, no lo verán ellos, ni sus hijos, ni los hijos de sus hijos. Estos sí que puede ser que vean más grietas y sufran terremotos por el movimiento de las placas tectónicas, pero no quedarán separados para siempre. Para eso todavía quedan millones de años.
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